Ni la Policía Nacional ni la Guardia Civil se salvaron de la crisis, a tenor de los datos sobre el gasto de carburante de ambos dos cuerpos, que cayó casi un 36 % entre 2011 y 2015, los peores momentos de la recesión. Aunque algo ha debido influir también la bajada del precio de la gasolina en este tiempo. Ese promedio de reducción en el gasto de carburante producida entre 2011 y 2015 se corresponde con un descenso del 28 por ciento en el caso del combustible que consume el Cuerpo Nacional de Policía, y de más del 38 por ciento en el caso de la Guardia Civil.

Son datos que figuran en una respuesta parlamentaria del Gobierno trasladada esta misma semana al diputado socialista Miguel Ángel Heredia, que se había interesado por cuánto consumen estos dos cuerpos, aunque sólo en la provincia de Málaga. No ha querido el Ejecutivo circunscribirse sólo a esa provincia andaluza y, quizás anticipándose a la petición de información que podría llegarle por parte de diputados de otros territorios, se ha puesto a indagar en todas las comisarías y cuarteles y ha ofrecido una contestación ya desglosada. De ella se trasluce que la Policía gasta la mitad en carburante que la Guardia Civil, porque sus patrullas suelen estar limitadas a las ciudades, mientras que los "verdes" abarcan grandes áreas de zonas rurales.

Es cierto que los coches se han hecho cada vez más "inteligentes" y que consumen menos, y que el precio de la gasolina ha bajado en torno a un 12 por ciento en ese mismo periodo de tiempo, pero los sindicatos achacan estos descensos al menor número de patrullas: menos agentes y menos coches, dicen. Así lo subrayan desde el Sindicato Unificado de Policía (SUP), cuyo portavoz, Ramón Cosío, atribuye la caída directamente a una reducción del número de patrullas en el cuerpo por el déficit de personal, que ha cifrado en 8.000 agentes menos en el periodo analizado.

La consecuencia de todo ello, añade Cosío en declaraciones a Efe, es una menor presencia policial en las calles, especialmente por las noches y los fines de semana, algo que el sindicato mayoritario del cuerpo ha denunciado en reiteradas ocasiones. Mientras, el portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), Juan Fernández, también comparte la afirmación de que ese menor consumo de combustible se debe al descenso de la plantilla en el instituto armado, lo que repercute en una caída importante de los kilómetros recorridos. Fernández también se refiere a la jornada laboral en el cuerpo, que "anda revuelta y no termina de fructificar una que garantice los turnos de servicio", a la vez que recuerda la propuesta de la AUGC de redistribuir los cuarteles para crear unidades más grandes y concentrar a los agentes para hacer más rentable el patrullaje.

El consumo de carburante ha descendido en este periodo en todas las provincias y en ambos cuerpos de seguridad, excepto en Córdoba y en Ciudad Real, donde la Policía Nacional tuvo que desembolsar algo más de dinero para poner gasolina a sus coches patrulla.