Cuando faltan apenas dos semanas para el inicio de la cumbre del clima de París o COP21, los líderes de las grandes potencias presentes en la reunión del G-20 en Antalya (Turquía) se pronunciaron ayer unánimemente a favor de que el tratado que emane de la capital francesa sea vinculante jurídicamente --es decir, que el cumplimiento de los objetivos entrañe algún tipo de obligatoriedad--, aunque esquivaron mencionar si están dispuestos a ir un poco más lejos que los planes de reducción de emisiones que ya han presentado antes las Naciones Unidas. Y tampoco aludieron a una posible financiación para los países más desfavorecidos. Para consuelo de los más críticos, el cambio climático mereció al menos un lugar destacado y poco habitual en la declaración solemne hecha pública en la jornada de clausura.

Para reforzar los planes de mitigación climática presentados por la comunidad internacional --hasta la fecha son 150 países, incluidos todas las potencias--, los líderes del G-20 dicen concretamente que debe acordarse un "protocolo, otro instrumento legal o un resultado acordado con fuerza legal" que contribuya a limitar el aumento de las temperaturas en dos grados con respecto a los valores preindustriales (año 1800). Y luego insisten: "Estamos preparados para poner en práctica nuestros INDC (compromisos)".

ESTO NO BASTA El problema es que los planes anunciados no logran el objetivo de la temperatura, al margen de que nada garantiza que luego el acuerdo supere los filtros nacionales --Estados Unidos, por ejemplo, firmó el protocolo de Kioto de 1997 y luego no lo ratificó--, pero sí es una buena declaración de intenciones que incluso se atrevieron a suscribir China y la India.

El límite de los dos grados, la barrera simbólica que separa un calentamiento asumible de uno catastrófico, está estipulado en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), que se mantiene como marco para lo que se acuerde en París, destacaron los líderes del G-20. Este pronunciamiento es clave porque significa que la ONU sigue siendo la referencia diplomática. "El cambio climático es uno de los grandes desafíos de nuestros tiempos (...) que requiere acción efectiva, fuerte y colectiva", destacó el comunicado del G-20.

"Nuestras acciones van a apoyar el crecimiento y desarrollo sostenibles. El acuerdo que se firme en París debe ser justo, equilibrado, ambicioso, duradero y dinámico", afirmaron. "Subrayamos nuestro compromiso de alcanzar un acuerdo ambicioso en París que refleje el principio de las responsabilidades y respectivas posibilidades comunes pero diferenciadas", agregaron. Este es otro asunto clave para lograr implicar a las potencias emergentes, reacias a cualquier acuerdo que no tenga en cuenta las emisiones de épocas pasadas y el nivel actual de renta per cápita.

"Vamos a instruir a nuestros negociadores para que sean constructivos y flexibles en los próximos días para debatir asuntos clave, entre ellos la mitigación, adaptación, financiación, el desarrollo y la transferencia tecnológica", prometieron los líderes del G-20. "Estamos comprometidos a trabajar juntos por un resultado exitoso de la COP21", concluyeron los líderes.

El comunicado de los líderes del G-20 fue criticado por destacadas organizaciones no gubernamentales. "Los líderes mundiales han perdido una oportunidad de avanzar", dijo Wendel Trio, director de la asociación Climate Acton Network, quien además lamentó que no se hubiera hecho la más mínima mención a la necesidad de poner coto a los combustibles fósiles.

Greenpeace, por su parte, acusó a los líderes de "no ofrecer una clara guía política para la cumbre del clima en París a pesar de haber reunido a la mayoría de los líderes en Antalya". Los recientes indicios de que los líderes del mundo se iban a comprometer a abandonar paulatinamente los combustibles fósiles "no quedan reflejados en el comunicado del G-20", denunció Greenpeace.

También Oxfam criticó los anuncios del G-20, subrayando que "lo único que los líderes del G-20 tuvieron que decir sobre el clima es: 'nos vemos en la cumbre del clima'". "Tienen ahora más de dos semanas para demostrar el liderazgo que asegure un acuerdo exitoso", recordó.