Un estudio genético de un esqueleto de hace 10.000 años conocido como el Hombre de Cheddar, considerado el primer británico moderno, ha revelado que la pigmentación de su piel era de oscura a negra y que tenía el cabello rizado y los ojos azules. El sorprendente descubrimiento, realizado por científicos de la University College de Londres (UCL) y el Natural History Museum, sugiere que la pigmentación más clara que ahora se considera una característica definitoria del norte de Europa es un fenómeno mucho más reciente. Chris Stringer, director de investigación del museo, recuerda que el Hombre de Cheddar no es el primer humano localizado en las islas británicas, pues se conocen restos de individuos de hace al menos 500.000 años, vinculados a Homo heidelbergensis, pero sí el más antiguo de nuestra especie y estirpe. El trabajo pionero fue llevado a cabo por un equipo de expertos en evolución humana y modelado prehistórico para un documental de la cadena Channel 4.

«El perfil genético del Hombre de Cheddar lo ubica junto a otros europeos de la era Mesolítica de España, Hungría y Luxemburgo, cuyo ADN ya ha sido analizado. Estos cazadores-recolectores migraron a Europa al final de la última edad de hielo y el grupo incluyó a los antepasados del hombre de Cheddar», explica el profesor Mark Thomas, del UCL, que estableció su apariencia a partir de los análisis de ADN.