Ni pirómano ni integrante de la supuesta «trama terrorista» que denunció el presidente de la Xunta de Galicia. El primer detenido por los incendios de Galicia es un hombre de 55 años que quemaba rastrojos en una finca de Xinzo de Limia (Orense). El incendio se declaró el pasado domingo y afectó a una hectárea de monte arbolado. Llegó a 300 metros de un núcleo habitado y a 200 de una granja.

El hombre, M.A.M.N., trabaja como funcionario en Vigo, ciudad donde fue detenido. Al llegar al cuartel, se mostró violento con los agentes. La Guardia Civil le acusa de un delito de incendio forestal. La detención es fruto de la colaboración ciudadana que han pedido las autoridades. Fue denunciado por un vecino. La quema de rastrojos forma parte de la cultura del campo gallego y tradicionalmente ha sido la principal causa de fuegos, pese a que durante el verano está prohibida y el resto del año requiere un permiso especial.

Poco después de hacerse pública la detención, el fiscal superior de Galicia, Fernando Suanzes, decretó la apertura de diligencias para determinar si los fuegos tienen su origen en un grupo organizado, como aseguraba Feijoó. Los métodos utilizados, los espacios afectados y la simultaneidad en periodos temporales «hacen pensar en la posibilidad de una actuación criminal más allá de la de simples autores ocasionales con perfiles criminológicos conocidos», argumenta el fiscal, pese a que el pasado lunes el fiscal de sala de Medio Ambiente descartó la existencia de acciones coordinadas.

La policía de Vigo ha investigado a varios sospechosos, pero todos han sido descartados. Entre ellos había dos jóvenes que compartieron fotos con antorchas, en una simple «parodia» sin fuego real, y también los dos ocupantes de una moto a los que vieron circular con una garrafa.