La campaña política y mediática que trata de neutralizar al movimiento antivacunas en Estados Unidos cuenta con un nuevo argumento para ilustrar los riesgos de la mentalidad que se ha instalado en un sector minoritario pero creciente del país. La pasada primavera murió en el estado de Washington una mujer por sarampión, según se desprende de los resultados de la autopsia conocidos este jueves. La noticia es relevante porque se trata de la primera persona que fallece en EE UU por sarampión en doce años y llega medio año después de que un brote de esta enfermedad vacunable contagiara a docenas de personas en Disneylandia.

Los científicos consideran que para prevenir los brotes contra el sarampión al menos un 92% de los niños de la comunidad tiene que estar vacunado. Pero hay nada menos que 17 estados donde el porcentaje de menores inmunizados no llega al 90% debido a que un número creciente de padres alega que los riesgos de las vacunas superan a los beneficios o que generan autismo, teorías desechadas por el grueso de la comunidad científica.