La caravana Abriendo Fronteras llevó ayer a cabo una «acción reivindicativa y de protesta» en el aeropuerto de Sevilla «contra la deportación», el sábado, de un migrante senegalés en un vuelo Barcelona-Dakar, y por las once «detenciones» que se produjeron tras el motín que se originó dentro del avión cuando el pasaje se solidarizó con el senegalés. Según un comunicado de esta caravana, en el marco de esta acción de protesta se dirigieron «contra las empresas Iberia y Vueling, presentando hojas de reclamaciones y coreando consignas».

Desde la caravana, recordaron que el sábado «once personas fueron detenidas y denunciadas en el aeropuerto de El Prat de Barcelona por denunciar la deportación de un migrante senegalés en el vuelo a Dakar de la compañía Vueling».

Los pasajeros se negaron a tomar asiento y se solidarizaron con un senegalés que, esposado y escoltado por dos policías, era obligado a volver a su país. Al cabo de hora y media y sin conseguir que el piloto de Vueling renunciar a expulsarlo, se presentó la Guardia Civil, la cual obligó a desembarcar a los once pasajeros denunciados por el piloto, a los que no se les permitió embarcar.

Con la acción de ayer en Sevilla, la caravana quiso «denunciar el negocio que suponen las deportaciones». Así, apuntan que «12 millones de euros es lo que cuesta al año el llamado servicio de deportaciones del Estado español a empresas como Barceló, Air Nostrum, Iberia, Air Europa y Swiftair», y «la mayoría de las deportaciones son exprés, en menos de 72 horas, sin posibilidad de defenderse».

En declaraciones a Catalunya Ràdio, el cuarto teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Asens, calificó de «inaceptable que se produzca una situación así en Barcelona», y recordó que el ayuntamiento ya reclamó al Gobierno central que se dejaran de hacer deportaciones exprés, así como el cierre del CIE. Asens ha subrayado que consistorio y Delegación del Gobierno se han emplazado para abordar el tema con la intención de que no vuelva a suceder una situación similar.