La difusión en Twitter de la imagen de un aparato sanitario que parece sacado del túnel del tiempo generó ayer todo tipo de bromas y otras críticas más serias en la red social. La fotografía la lanzó un grupo de trabajadores de urgencias del Hospital de la Paz de Madrid. A @Urgenciaslapaz le pareció chocante que el anticuado ingenio, un aspirador de mucosidades, vaya a formar parte del equipamiento de la nueva sala de prealtas de urgencias.

«Un aspirador robado de un museo. Es lo que se supone que hay que usar si un paciente se está ahogando. ¿Será una broma señores?», escribían en el tuit dirigiéndose a los responsables de la comunidad autónoma y del hospital.

La primera respuesta no se hizo esperar. La twittera @martikaplus reprodujo un imagen de un aparato muy similar con el siguiente comentario: «En los 80 le llamábamos R2D2». «No es ese aparatejo al que estuvo enganchado Franco?», se preguntaba otro. «Como enfermero y amante de la saga Fallout (videojuegos futuristas), he de reconocer que un poco si me gusta», ironizaba otro. «Fijo que el manual viene en latín», añadía otro, y así una larga lista.

Un portavoz de La Paz precisó que el aparato, aunque antiguo, está en buen estado y sigue funcionando, como lo hacen otros similares en todo el hospital. También advertía que aún no se conoce si se quedará en esa sala que de todos modos es para los pacientes de urgencias a los que se va a dar el alta y que por tanto no necesitan de asistencia.

Así por lo menos pudieron quedarse más tranquilos algunos twiteros como @feitonagaliza que lanzaba toda una ristra de preguntas: «Funciona? Esta revisado? Es un riesgo para los pacientes? O simplemente viejo?»

Un enfermero de urgencias que está detrás de @Urgenciaslapaz aseguraba, al contrario, que el aparato es necesario en la sala de prealtas porque muchos de esos pacientes se van a residencias de ancianos o a los hospitales Carlos III y Cantoblanco a seguir ingresados.

«Si no hiciera falta un aspirador no pondrían ninguno, pero como saben que es necesario pero no se quieren gastar el dinero, ponen ese cacharro que ni tiene la certificación de la Unión Europea», añadía, tras poner como ejemplo que en la entrada del hospital se exponen en unas vitrinas «camillas hechas de hierros y tela y teléfonos analógicos y fórceps de los años 60 que son viejos, funcionan bien pero ya no se usan».