Las condiciones meteorológicas extremas y sus consecuencias para el desarrollo económico, la seguridad alimentaria, la salud y la migración supusieron en el 2017 unos costes de 260.000 millones de euros, una cifra sin precedentes históricos, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

La declaración sobre el estado del clima mundial evalúa los efectos económicos de una serie de desastres entre los que destacan una gran actividad ciclónica en el Atlántico norte, las inundaciones causadas por los monzones en India y las sequías en zonas de África Oriental.

Los termómetros registraron temperaturas de 1,1 grados por encima de los niveles preindustriales, lo que sitúa al lustro comprendido entre el 2013 y 2017 como el más caluroso de la historia, mientras que la concentración de CO2 alcanzó los 400 partes por millón, por encima de las variaciones de entre 180 y 280 de los últimos 800.000 años.

La temperatura en la superficie del mar a escala mundial fue la tercera más cálida jamás registrada, a lo que se suma que la extensión del hielo marino se ha situado muy por debajo de la media del periodo 1981-2010, en el Ártico como en la Antártida. Casi el 30% de la población mundial vive en zonas donde se alcanzan temperaturas potencialmente letales al menos 20 días al año.