Las situaciones de acoso ya no terminan cuando se llega a casa. Las redes sociales, nuevos foros juveniles, perpetúan insultos y humillaciones. Y los hacen públicos. Mensajes de WhatsApp, Facebook, de Instagram, de Snapchat (donde desaparecen a las 24 horas), preguntas capciosas en Ask.com, en los antiguos Informers… Cualquier medio es válido para los acosadores, que además demuestran su nula empatía y su cero piedad. Tampoco ayuda el acceso a los smartphones a edades tempranas.