Según las estadísticas oficiales proporcionadas por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde que empezó la crisis migratoria, 16.000 personas han perdido la vida en el mar Mediterráneo. Paralelamente, las oenegés dedicadas a las tareas de rescate apuntan a que esta cifra, lejos de representar un fiel reflejo de la realidad, tan solo contempla las personas que, de alguna manera, son localizadas. ¿Pero qué pasa con todas aquellas vidas que desaparecen?

Para ayudar a hacer frente a esta crisis, la Hemav Foundation ha creado un proyecto en colaboración con la oenegé Proactiva Open Arms. Bautizada como Freeda, la iniciativa plantea utilizar la tecnología dron para ayudar en las tareas de localización y rescate de refugiados en el Mediterráneo. «A través de los drones que hemos desarrollado podremos llegar a ver más, más lejos y más rápido, guiando en tiempo real las embarcaciones de la oenegé hacia el punto exacto donde se hallan los refugiados», explica el coordinador del proyecto Sergi Tres.

El proyecto Freeda, que tiene previsto despegar a finales de este año, plantea el uso de dos tipos de vehículos aéreos no tripulados para colaborar en las tareas de rescate. Por un lado, un dron equipado con una cámara térmica capaz de rastrear el mar de forma autónoma en busca de una embarcación a la deriva. Por otro, un dispositivo capaz de captar imágenes del rescate que sirvan para documentar la situación de los refugiados y, en casos extremos, amparar legalmente los rescates de la oenegé. Este último punto, debido a las acusaciones recientemente vertidas sobre Proactiva, se ha convertido en una «prioridad estratégica» para poder seguir salvando vidas.

Mediante esta tecnología, según explica el coordinador del proyecto, se podrán inspeccionar zonas que, de otra manera, quizás jamás se hubieran inspeccionado. «Lo que no se documenta parece que no ha pasado. Hace cinco años se decía que morían 1.000 personas en el Mediterráneo. Desde que están las oenegés, se habla de 250.000. Quizás cuando empecemos a rastrear la zona con drones este número se acabe triplicando. Las cifras oficiales solo hablan de las personas que se encuentran. ¿Y qué pasa con las que desaparecen?», añade Tres.

Según relatan fuentes de Proactiva, hasta ahora, cuando se recibía una señal avisando de una embarcación a la deriva, inmediatamente se iniciaban las tareas de rescate. Desde ese momento, podían transcurrir hasta siete horas para alcanzar el punto donde teóricamente se hallaba la embarcación. En muchas ocasiones, tras la travesía, la barca desaparecía del mapa, engullida por las olas o desplazada por las mismas. Las tareas de localización y rescate podían alargarse hasta tres horas más, tras las cuales no había ninguna garantía de éxito.

Mediante el uso de la tecnología dron se busca reducir los tiempos de rescate que, en muchas ocasiones, pueden traducirse en una cuestión de vida o muerte. Cuando se reciba una señal de alerta, el dron desarrollado por el proyecto Freeda despegará directamente del barco de la oenegé y empezará a rastrear el mar a través de su sensor térmico. El dispositivo, capaz de volar de forma totalmente autónoma, irá remitiendo imágenes térmicas en tiempo real que permitirán localizar el punto exacto donde se encuentre la embarcación de refugiados. De esta manera, los tripulantes de la oenegé podrán corregir su rumbo en tiempo real para alcanzar antes el objetivo.

Punto de partida

«Si conseguimos salvar una sola vida, todo el esfuerzo que hemos invertido en este proyecto habrá valido la pena», relata Sergi Tres. Por otro lado, Marc Aicart Ramírez, coordinador de Hemav Foundation, añade: «Salvar una vida por supuesto que es una motivación. Pero tampoco nos vamos a quedar allí. Seguiremos trabajando hasta que no haya ni un solo refugiado más en el Mediterráneo». Los responsables destacan que los proyectos de la Hemav Foundation no cuentan con fecha de caducidad. «Siempre hay nuevos retos a los que enfrentarnos y, por eso, seguiremos trabajando en los proyectos para hacer frente a todas aquellas crisis humanitarias en las que podamos marcar un cambio», destaca Aicart. Por otro lado, Tres manifiesta: «Nuestra prioridad es poner los drones en el terreno cuanto antes. Pero más allá de eso, seguiremos trabajando para mejorarlos porque, al fin y al cabo, eso se traducirá en poder salvar más vidas».