Los padres de Donovan Párraga dieron ayer el último adiós a su hijo, cuyo cadáver fue hallado hace dos meses en una fosa séptica en Trijueque (Guadalajara), cerca de su casa. Tanto el padre del niño como su abogado, Marcos García Montes, declararon que no aceptan el archivo del caso como una muerte accidental y anunciaron que seguirán investigando la hipótesis del homicidio.

Hasta el cementerio se acercaron unas 300 personas, entre familiares, amigos, vecinos de la urbanización en la que residía el pequeño y de Trijueque, el pueblo en el que cursaba sus estudios, para acompañar a los padres del pequeño. La familia optó por preservar la intimidad en esos duros momentos.