Casi un centenar de científicos de toda Europa se reúne desde este lunes y hasta el día 27 en la Universitat de València para trabajar en la creación del mayor telescopio submarino del mundo, el KM3NeT, un experimento que quiere estudiar el universo mediante los neutrinos.

El Instituto de Física Corpuscular (IFIC) lidera la participación española en este proyecto integrado por universidades y centros de investigación de Europa y cuyo objetivo fundamental es conocer el origen de los rayos cósmicos y la composición de la materia oscura.

Según ha explicado Juan de Dios Zornoza, investigador del IFIC y organizador del encuentro, la relevancia de este experimento es máxima ya que permitirá conocer de qué está hecha la materia oscura "que es dominante en el universo, pero no sabemos de qué está compuesta".

El KM3Net es un experimento de física fundamental que no tiene "una aplicación física inmediata", ha reconocido Zornoza, sino que responde a la "curiosidad científica de saber cómo funciona el universo" pero que permitirá desarrollar tecnologías que podrían tener aplicaciones en el ámbito de la biología marina.

La primera parte de este telescopio submarino se instalará este año, después de que en el 2014 ya se instalara una línea prototipo, y el objetivo, según ha explicado Zornoza, es que en los dos próximos años se instalen otras 30 líneas "y luego, si hay financiación", se continuará hasta 600 líneas que cubran "cinco o seis" kilómetros cúbicos.

Precisamente una de las ventajas de los telescopios de neutrinos, ha explicado Juan Zúñiga, otro de los organizadores del encuentro e investigador del IFIC, es que se pueden empezar a utilizar y a recoger resultados según se van instalando las líneas, sin esperar a tener el proyecto terminado.

El nuevo KM3Net tendrá tres módulos diferentes que estará instalados en la costa de Marsella, en la de Sicilia y en la costa griega.

El telescopio se situará en el Mediterráneo porque a raíz de estudios anteriores se ha observado que ofrece "importantes ventajas para realizar este tipo de experimentos" ya que desde el hemisferio norte se tiene una mejor visibilidad del centro de nuestra galaxia y, en el agua, se puede reconstruir mucho mejor la dirección de llegada de los neutrinos, algo fundamental para un telescopio", ha explicado Zornoza.

Lo que pretenden con este experimento es hacer una especie de "foto del universo en neutrinos" para "saber más" del universo, según Zúñiga.

"Actualmente la información del universo que conocemos procede de la luz pero existen otros mensajeros como los neutrinos que nos pueden aportar más información", ha explicado Zúñiga, quien ha señalado que, si al hacer esa "foto", se detectan concentraciones de los mismos en ciertas partes "se puede deducir que en esas fuentes se emiten rayos cósmicos".

Los neutrinos son una fuente muy importante pero son "difíciles de detectar" y por ello se requieren detectores muy grandes que, además, estén ubicados a más de 2.500 metros de profundidad, la misma profundidad a la que se encuentra ya Antares, el telescopio predecesor de este proyecto y de menor tamaño ubicado en Marsella.