El Rey reivindicó ayer los valores de la concordia y el respeto, así como la importancia de la cultura para enriquecer la convivencia, y defendió una España «de brazos abiertos, alejada del pesimismo» o el desencanto y orgullosa de lo «mucho y admirable» que juntos han conseguido los españoles.

En su discurso en la solemne ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias 2016, celebrada en el Teatro Campoamor de Oviedo, Felipe VI, acompañado por la reina Letizia, apeló asimismo al ejemplo de los galardonados para recordar que «no hay ninguna obra científica, política, social o artística que no haya surgido por unos ideales firmes y sólidos».

Tras reseñar los méritos de los premiados en cada una de las ocho categorías, el Rey elogió a todos ellos por ser «la representación más alta y brillante» de «ese anhelo por hacer un mundo mejor donde prevalezcan la concordia, el respeto y la solidaridad». Felipe destacó «lo que juntos se ha conseguido, que ha sido mucho y admirable».

A pesar de que la próxima semana será decisiva, con una ronda de contactos con los diferentes partidos que podría desbloquear la situación política, el discurso del Rey apenas hizo referencias a esa cuestión.

La galardonada con el Premio de Ciencias Sociales de este año, Mary Beard, fue la primera en pisar la alfombra azul, en una de las llegadas más divertidas que se recuerdan en los últimos años. Saludando a unos y a otros mientras se acercaba al teatro con una amplia sonrisa y posando para los fotógrafos. Añadió además un peculiar caminar, como queriendo destacar sus llamativos zapatos de color rosa que lucía pocos días después del día mundial contra el cáncer de mama, el pasado 19 de octubre.

SITUACIÓN POLÍTICA / Muy aplaudida fue también la llegada de Núria Espert (Artes) y de Javier Gómez Noya (Deportes), al igual que el Premio de Investigación Científica y Técnica, el ingeniero norteamericano Hugh Herr, quien llegó en pantalones cortos, con sus piernas biónicas al aire.

El Premio de las Letras, el norteamericano Richard Ford, se refirió a la situación política de su país. Ford pidió rescatar el valor de la palabra política para que no acabe siendo sinónimo de «egoísmo, cinismo, engaño y despropósito», como, aseguró, ocurre en Estados Unidos. El escritor propuso «actos de imaginación» para afrontar cuestiones como la posibilidad de que Donald Trump acabe siendo presidente de su país. El fotoperiodista también norteamericano James Nachtwey obtuvo el Premio de Comunicación. H