El de Rian Johnson es un nombre mucho menos reconocible que el de J. J. Abrams, director/creador polivalente al que se encomendó resucitar la saga 'Star wars' después de haber hecho lo propio con 'Star trek' y introducido algunos mitos de cosecha propia en el imaginario pop colectivo.

¿Quién es este Johnson y por qué se le ha dejado no solo dirigir, sino también escribir, la continuación de 'El despertar de la fuerza'? Como Abrams, Johnson va sobrado de solvencia técnica y ha sentado cátedra en la tele actual (en su caso dirigiendo algunos de los mejores capítulos de 'Breaking bad', como el famoso 'bottle episode' de la mosca y el premiado 'Ozymandias'), pero aquí podrían acabar las similitudes.

Nacido en Maryland en 1973, el nuevo arquitecto de la saga llamó la atención en el 2005 con su debut largo, 'Brick', cruce de drama de instituto con cine negro; no era la primera vez que se veía algo así (antes estuvo 'Veronica Mars'), ni sería la última (Dios bendiga a 'Riverdale'), pero su debut largo se llevó un premio del jurado a la 'originalidad de visión' en Sundance.

Johnson ama la música y uno de sus siguientes trabajos fue un vídeo del grupo de culto The Mountain Goats de John Darnielle, 'Woke up new'. Además, filmó a Darnielle en 'The life of world to come', una película de concierto extrañamente íntima. En sus ratos libres, el propio Johnson canta y toca el banjo; comparte grupo folk, The Preserves, con su primo Nathan, quien le hizo la música en sus tres primeros filmes.

Deleite en la narración

El segundo de estos proyectos, del 2008, fue 'Los hermanos Bloom', una película de estafas trotamundos con Adrien Brody y Mark Ruffalo como los hermanos timadores y Rachel Weisz como pintora epiléptica enredada en su madeja. En algún lugar entre la exuberancia de Terry Gilliam y el minimalismo de Wes Anderson (por contradictorio que pueda sonar), Johnson jugaba con el engaño hasta el punto de saturar.

En el 2012 llegaría la (esta sí) fabulosa 'Looper', ejercicio de ciencia ficción y acción bajo la influencia confesa de 'Terminator'. Con más disparos que 'Brick' y cinco veces más oscura que 'Los hermanos Bloom', triunfó por sorpresa es taquilla. Viéndola es fácil ver por qué ha sido elegido para 'Star wars': es cuestión de deleite contagioso en la narración, poderío visual y capacidad emotiva.