Lo peor para el menor acosado no es solo soportar la actitud de los acosadores sino la de su entorno, que o resta importancia a la situación o parece participar del abuso. Que los compañeros de clase dejen de aplaudir o consentir la actitud avasalladora de los abusadores es una de las mejores estrategias de cara a frenar esta lacra. Que sea el abusador a quien se le obligue a cambiar de colegio, de círculo, que se deje de victimizar a la víctima son algunas de las estrategias que persiguen los expertos, que lamentan que al acosado se le penalice además con tener que reconstruir su círculo de amigos o desplazarse a un colegio más lejano. Una doble victimización innecesaria e injusta. Expertos de la OMS, que sitúan a España séptima en ciberacoso, han concluido que es necesario un protocolo de actuación unificado para los centros escolares que evite el llamado efecto manada, la tendencia social a seguir los dictados del más fuerte. Entidades que trabajan con niños les instan a romper el silencio.