"En Rusia, nos sucede una cosa: tenemos peticiones directas de los alumnos, que nos preguntan qué puedo venir a hacer; esto es extraño porque normalmente no es el alumno quien te contacta; no se porqué, pero hay un movimiento de que les gusta España". Mar Gutiérrez-Colon Plana, vicerrectora para internacionalización de la Universitat Rovira i Virgili (URV), en Tarragona, resumía con estas palabras, hace unos días en Moscú, el creciente interés de los universitarios rusos por ir a estudiar a facultades españolas.

En el último cuatrienio, el número de ciudadanos de la Federación Rusa realizando cursos en nuestro país se ha duplicado, alcanzando los 1.730. El incremento se ha constatado en los tres ciclos universitarios, tanto de grado, como de máster e incluso en el doctorado, donde la cifra se ha multiplicado por cinco.

También se están identificando modificaciones en las preferencias sobre los estudios que pueden cursar en España. Mientras que hace unos años, el interés se centraba en la lengua, debido a que el español es la segunda lengua nativa más hablada, en la actualidad las ingenierías, la medicina y hasta la enología suscitan la atención de los alumnos universitarios de este país.

ÁMBITO DE LA INGENIERÍA

Cursar estudios en alguna de las facultades de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) abre grandes oportunidades a cualquier aspirante a realizar una carrera internacional. "Nuestros estudiantes son reconocidos en otros países con un nivel de Master of Sciences" (MSc), sostiene Guillermo Cisneros, rector de la UPM que acaba de visitar varias facultades rusas en Moscú y San Petersburgo. Cisneros recuerda que "en el ámbito de la investigación, en ingenierías, la UPM es la primera en los países de lengua española en el ránking QS, uno de los cuatro más importantes del mundo". Ello abre las puertas de un mercado de 600 millones de personas a cualquier aspirante a ingeniero, no solo en el campo de las infraestructuras, donde España es una potencia, sino también en Aeronáutica, donde Rusia pisa fuerte.

"Uno de los puntos que interesa en Rusia de la UPM y de España en general es la conexión entre la universidad y la empresa", destaca el embajador español en Rusia, Ignacio Ibáñez. "Incentivar las relaciones entre universidades -continua Ibáñez- nos da una baza para que las empresas de ingeniería y construcción (españolas), que sí están presentes en muchos otros países, lo hagan también en Rusia", un país cuyo Gobierno está desarrollando infraestructuras de transportes.

En el caso de la universidad tarraconense Rovira y Virgili, el interés de los estudiantes rusos se concentra en la Enología, el Turismo y la Geografía, y la Química. También existen estudiantes rusos de Derecho, que aspiran a ejercer su profesión dando servicio a la creciente colonia de ciudadanos rusos instalados y con propiedades en la costa tarraconense. También ha aumentado en un 105% el número de alumnos temporales.

Svetlana Gritsenko, una moscovita de 28 años que cursa un máster de Enseñanza y Adquisición del Inglés como Segunda Lengua en la URV, y Verónika Rudchenko, doctorada en Economía y Empresa por la misma institución, son dos ejemplos del interés ruso por España.

"CLIMA, CALIDAD DE VIDA Y SUPERIORIDAD TÉCNICA"

Tras haberse licenciado en una universidad moscovita y dar clases en un instituto privado, Gritsenko vino a Salou de vacaciones y atraída por "el clima" y la "calidad de las infraestructuras y de la vida", decidió ampliar su cualificación cursando un máster en España. "Quiero a mi país, pero técnicamente, la Rovira y Virgili es superior; tenemos una biblioteca de tres pisos", explica telefónicamente desde Tarragona.

El sistema educativo también es diferente, y las nuevas tecnologías juegan un papel más destacado, más que el modelo de lección magistral que aún impera en la exURSS. "Aquí los alumnos te pueden valorar, hay apoyo psicológico y obtienen certificados internacionales" que mejoran las posibilidades de encontrar un trabajo, destaca la estudiante.

Rudchenko, ya doctora, vive a caballo entre San Petersburgo y la provincia de Tarragona, y lo que más le ha seducido de la universidad en España es la "relación" que ha establecido con su directora de tesis y las publicaciones conjuntas que hacen.