La Audiencia de Navarra está ultimando la sentencia por la agresión sexual de los cinco jóvenes sevillanos de La manada en los Sanfermines del 2016 y por la que se enfrentan a penas de hasta 25 años de cárcel. Tras finalizar el juicio, el 28 de noviembre del 2017, se apuntó que la resolución podría estar en febrero. Pero, el pronóstico no se cumplió. Ahora, fuentes jurídicas sostienen que este mes se sabrá si los acusados son culpables o inocentes, la pena o si son absueltos.

Cinco meses después, el tribunal, según las fuentes consultadas, está acabando de «peinar» y «pulir» la resolución. Los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra miran con lupa, como es su obligación, cada coma, cada punto, cada argumento. Son conscientes de que la decisión estará en el punto de mira por la repercusión mediática que tuvo el caso, a la vez que asumen que la parte perdedora, tanto si es la defensa como la acusación o el fiscal, recurrirá al Tribunal Superior de Justicia de Navarra si el fallo no le es favorable.

La espera ha alimentado las especulaciones en un proceso que desde el inicio ha estado plagado de aspectos polémicos, como que la vista fuera a puerta cerrada y se prohibiera la difusión no solo de imágenes y de la identidad de la víctima, sino también de los acusados, la retirada en el último momento del informe encargado por una defensa de un detective sobre la vida privada de la muchacha que denunció la violación grupal o comentarios de abogados defensores que intentaron desacreditar a la víctima con su vida privada.

El tribunal que debe dictar la resolución es «muy meticuloso» a la hora de fundamentar sus decisiones y, en ocasiones, ha llegado a tardar hasta 14 meses en resolver un asunto. Eso sí, después las sentencias son voluminosas. Otra de las razones que se esgrimen es la carga de trabajo que soportan los magistrados que componen esta sección. «Es verdad que son un poco lentos. Es por su forma de trabajar», reconocen fuentes conocedoras del funcionamiento del tribunal. Aquí, por el tipo de delito y pena que se solicita, son tres los jueces que deben condenar o absolver.

¿Tribunal dividido?

En las últimas semanas se ha disparado la sensación de que el tribunal podría estar dividido, como ya ocurrió el 1 de diciembre del 2017, tres días después de acabar el juicio, cuando se acordó que los cinco acusados debían seguir en prisión, donde están tras ser detenidos el 7 de julio del 2016. Sus defensas habían pedido la libertad y la Sección Segunda de la Audiencia la rechazó porque aún no se había tomado una decisión sobre el veredicto. Esta vez, la resolución contó con el voto particular de uno de los tres magistrados, Ricardo González. Esta medida la habían pedido los abogados de los imputados otras veces y siempre se produjo el mismo resultado, como el voto particular del mismo juez frente al criterio del presidente, José Francisco Cobo y Raquel Fernandino.

Estas discrepancias han disparado la versión de que el tribunal no se ponía de acuerdo y, de ahí, la tardanza de la sentencia. Fuentes jurídicas aseguraron a este diario, que son «especulaciones», aunque no descartaron que haya al final un voto particular de algunos de los miembros del tribunal. Lo importante para los magistrados, según la Audiencia de Navarra, es emitir una sentencia, en un sentido u otro, bien argumentada.

Las discrepancias en el tribunal no tienen porqué limitarse a la condena o absolución, sino a otras cuestiones. Los jueces también decidirán, por ejemplo, si creen la versión de la víctima de que fue agredida sexualmente en un pasillo de un edificio de Pamplona o, en cambio, si, como dicen los procesados, no se resistió.