Después de dos años de batalla legal sin precedentes por los derechos de autor del selfi animal más famoso del mundo, el del macaco de Indonesia Naruto, finalmente, un tribunal de San Francisco ha derimido que el dueño de la instantánea es el fotógrafo británico David Slater, y no el animal.

Extrajudicialmente, además, Slater y el grupo People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) han llegado a un acuerdo por el cual el profesional británico donará el 25% de los beneficios de la imagen a asegurar el bienestar de Naruto y su comunidad, los macacos negros con cresta de la isla de Sulawesi.

HACE SEIS AÑOS, EN INDONESIA

Todo comenzó en el 2011, en aquella isla indonesia, cuando un macaco tomó la cámara de David Slater, pulsó el botón y se tomó un autoretrato que dio la vuelta al mundo. La cara del mono, con su amplia sonrisa y sus grandes y redondos ojos anaranjados acabaron en un libro que publicó Slater. La imagen saltó luego a las redes sociales. Y, más tarde, PETA pidió que el macaco fuera "declarado el autor y propietario de sus propias fotos".

Empezó el litigio y el debate por los derechos de autor.

Slater defendía su autoría. Al fin y al cabo él montó todo el dispositivo: dejó la cámara preparada sobre un trípode, se alejó y esperó a que llegase Naruto y apretara el obturador. Slater, además, insistía en que con la difusión de la foto en internet él estaba perdiendo dinero ya que, potencialmente, dejaba de vender ejemplares de su libro.

Ya el pasado enero un juez dictaminó que el macaco no era el dueño de las imágenes. Pero no ha sido hasta este lunes que las partes han sellado la paz y han puesto fin definitivamente al litigio.

ASUNTO ZANJADO

PETA ha zanjado el asunto con esta entrada en su blog: "En virtud del acuerdo, Slater acordó donar el 25% de todos los ingresos futuros de la utilización o venta del selfi del mono a organizaciones que protejan el hábitat de Naruto y de todos los macacos negros con cresta de Indonesia" (...) "El caso de Naruto ha demostrado que los macacos son seres inteligentes, pensantes y complejos que merecen poseer legalmente su propiedad intelectual y que tienen derechos como miembros de una comunidad legal".

Una declaración conjunta hace hincapié en que "PETA y David Slater están de acuerdo en que este caso plantea cuestiones importantes sobre temas tan avanzados como la extensión de los derechos de los animales no humanos".