La tripulación del ferri hundido tuvo actitudes compatibles con el "asesinato". La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, elevó la indignación de los familiares de las víctimas a una acusación sin precedentes. "Lo que el capitán y parte de la tripulación hizo es incomprensible desde el punto de vista del sentido común, fue como un acto de asesinato que no debe ni puede ser tolerado", dijo tras una reunión con sus asesores para tratar una de las peores tragedias que se recuerdan en el país. Son ya 64 muertos confirmados y 238 desaparecidos en el naufragio del buque Sewol.

DISCULPAS El capitán, Lee Jun-seok, es el saco de golpes nacional. El paso de los días subraya su cobardía e ineptitud. Lee recomendó a los pasajeros, jóvenes estudiantes en su mayoría, que permanecieran en sus camarotes cuando aún había esperanza. Ha explicado que temió que se ahogaran por las frías aguas y fuertes corrientes antes de que llegaran las fuerzas de rescate.

El capitán desoyó las recomendaciones del centro del control y, en todo caso, siempre pudo ordenar que se encaramaran al casco. Cuando 40 minutos después del accidente pidió a los pasajeros que salieran, la inclinación del buque era ya demasiada para que pudieran moverse. El capitán fue de los primeros en saltar a un bote salvavidas. Algunos de sus compañeros le han disculpado asegurando que estaba herido. El doctor que lo trató negó la gravedad del cuadro: "Le dolía una costilla y la espalda, eso es todo".

En un giro macabro, ayer también se conoció un vídeo grabado cuatro años atrás en el que el capitán publicitaba la misma ruta entre el puerto de Incheon y la isla vacacional de Jeju como "segura y placentera". "Siempre y cuando los pasajeros sigan las instrucciones de la tripulación", advertía. En otra entrevista del 2004, el capitán afirmaba que estaba en un carguero que volcó cerca de la costa de Okinawa (Japón), aunque no aclaró si llevaba el timón.

"El Gobierno obligará a todos los responsables a rendir cuentas, independientemente de su rango", aseguró ayer Park. El capitán está arrestado por cinco delitos, entre ellos el de negligencia y abandono de la nave con pasajeros en peligro. También fueron detenidos el fin de semana el timonel y una tercera oficial, la joven de 25 años y sin experiencia que estaba al mando en el exigente tramo de la travesía en el que ocurrió el accidente. La fiscalía anunció ayer la detención de dos oficiales primero, un segundo y el ingeniero jefe. La transcripción de las comunicaciones entre el buque y el centro de control revela a una tripulación superada e indecisa.

Los submarinistas, que lograron acceder el domingo al buque, han extraído ya 24 cadáveres. Se espera que el número de muertes confirmadas aumente. Las posibilidades de encontrar a alguien con vida en algún compartimento sellado son en este momento mínimas.