Nueve relojes a bordo de los 18 satélites actualmente en órbita del sistema de navegación Galileo han fallado, según informó ayer la Agencia Espacial Europea (ESA), que aseguró que la operatividad del proyecto, considerado la versión europea del GPS estadounidense y que arrancó el pasado diciembre, no se ha visto afectada.

El director general de la ESA, Jan Woerner, precisó que se han averiado seis relojes máser pasivos de hidrógeno y otros tres estándar de frecuencia atómica de rubidio, cuyos errores se están investigando. Cada satélite está equipado con dos relojes de hidrógeno, uno que sirve de referencia principal para la generación de señales de navegación y otro que se utiliza como reserva, y con otros dos de rubidio, de apoyo de los anteriores si fallan, por lo que siempre hay alguno operativo.

«Es un tema sensible», admitió Woerner, que destacó la importancia de esos relojes para el buen funcionamiento del sistema y que dijo no saber todavía si va a ser posible «reanimarlos». El director general advirtió de que, aunque la operatividad del Galileo no se ha visto cuestionada, si esos fallos empiezan a ser «sistemáticos, habrá que tener cuidado». La agencia, admitió, está estudiando si paraliza el envío de nuevos satélites hasta haber dado con la solución o si mantiene los lanzamientos previstos para completar la red, porque eso supondría un mayor número de relojes tanto activos como de reserva en órbita.

Las 18 naves espaciales actualmente en el espacio continúan funcionando, pero una de ellas ahora se reduce a sólo dos relojes.

Woerner reconoció que todavía no se saben las causas del fallo detectado, pero insistió en que el hecho de contar con reservas ha posibilitado que actualmente todos los satélites de la constelación sigan en funcionamiento.