Los estudiantes del futuro (los de mañana mismo) deberán tener espíritu crítico, ser creativos, ser buenos comunicadores y estar capacitados para trabajar en equipo. Y además de dominar las competencias básicas de Matemáticas, Ciencias y Comprensión Lectora y de controlar, por supuesto, las tecnologías, se les exigirá que acrediten cualidades de carácter, como la curiosidad, la iniciativa, la persistencia, la adaptabilidad, el liderazgo y un espíritu solidario hacia el entorno social y cultural.

Esta es, ni más ni menos, la conclusión a la que ha llegado el informe Nueva visión para la educación, que ayer presentó la organización World Economic Forum, una entidad independiente, con sede en Ginebra (Suiza), que se ha dedicado a diseñar el perfil del alumno del siglo XXI, "a partir de los datos obtenidos en un centenar de países", explicó Elizabeth Kaufman, la portavoz del Boston Consulting Group, que ha participado en el estudio.

Las 16 características que según los investigadores debe reunir este alumno ideal --el trabajador del futuro-- son, sin embargo, difíciles de evaluar. "¿Cómo se miden la valentía, la curiosidad o la proactividad?", apeló por su parte Andreas Schliecher, el director de Educación en la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económicas (OCDE) y responsable también del informe PISA. En medio de este debate (encendido debate) discurrió ayer la segunda y última jornada del Congreso sobre Educación Global y Competencias que se ha celebrado estos días en Dubái, un foro que ha servido, entre otras cosas, para entregar el equivalente al premio Nobel al mejor maestro del mundo.

Consciente de las abundantes críticas que reprochan a la OCDE que se limite a poner nota a los países solo en función del número de alumnos académicamente brillantes que genera, Schliecher adelantó que el test PISA del 2015 evaluará también habilidades más complejas, asociadas al carácter y la forma de ser del estudiante, "competencias socioemocionales", dijo. Así, los estudiantes de 15 años (entre ellos, 40.000 españoles) que este abril realizarán las pruebas tendrán que enfrentarse a un nuevo tipo de ejercicios con los que demostrarán si tienen capacidad crítica y si son capaces de resolver problemas colaborativos.

PISA se va a limitar a incorporar esta novedad este año, dijo el director del informe al ser preguntado sobre si habrá PISA para universitarios. "Si ya es complejo diseñar unos criterios homogéneos para los distintos modelos de educación secundaria que hay en el mundo, con la universidad la labor sería ingente", argumentó Schliecher. Y puso un ejemplo. Otra vez con España como protagonista: "¿Cómo podríamos equiparar las competencias de países tan distintos como Japón y España, cuando en estos momentos un estudiante japonés de bachillerato tiene el mismo nivel que un universitario español?", dijo.

Habrá que conformarse, pues, con la información que hay disponible hasta ahora. Con ella, los autores del informe Nueva visión para la educación --que han usado datos de la Unesco, el Banco Mundial, la Universidad de Stanford, distintas agencias internacionales y el mismo PISA--, han elaborado un ránking de países "en que, una vez más, se visualiza la grave brecha que hay entre países ricos y países pobres", indicó Jiaojiao Li, directora de la investigación.