A Emma Morano se la consideraba la última superviviente conocida del siglo XIX. Nació el 29 de noviembre de 1899 y falleció ayer en su domicilio de Verbania (al norte de Italia) a la edad de 117 años, según anunció la prensa italiana. «Recordaremos siempre su fuerza para seguir adelante», declaró la alcaldesa del municipio, Silvia Marchionini, quien considera que la anciana «tuvo una vida extraordinaria». Estuvo casada un par de veces y tuvo un hijo que murió a los pocos meses de vida. Según relató, uno de sus maridos la maltrataba y fue una de las primeras mujeres en separarse de su país. Tras esas experiencias decidió que prefería la autonomía de estar sola, pese a los pretendientes que tuvo. Trabajó durante décadas en una fábrica de bolsas de arpillera y más tarde como cocinera en un colegio de monjas.

Cuando investigadores y periodistas le preguntaban sobre su longevidad, siempre explicaba que desde que en su juventud le diagnosticaron anemia, comía tres yemas de huevo al día (dos en los últimos años), algo de carne, un poco de fruta y una copita de grappa cuando había algo que celebrar.

Según el Gerontology Research Group (GRG), un grupo estadounidense que busca y certifica a las personas de más edad del mundo, tras la muerte de Morano, la nueva decana de la humanidad es una jamaicana, Violet Brown, nacida el 10 de marzo de 1900 y que por tanto también ha cumplido ya los 117. La fallecida destaca también porque fue autónoma hasta los 115 años, aunque ya no salía de su casa de desde hacía 20. Desde hace un par de años estaba postrada en la cama.