La Ciudad de las Artes de Valencia --obra de Santiago Calatrava--, el Museo Guggenheim de Bilbao --de Frank Gehry-- o el Centro Cultural Óscar Niemeyer de Avilés son ejemplos del despilfarro en España; grandes obras "faraónicas" realizadas durante el boom inmobiliario y que ahora, con la crisis, están en desuso o han visto caer su actividad. Así lo asegura la revista Time en un artículo titulado White Elephants on Parade: The unloved new castles in Spain, algo así como el desfile de los elefantes blancos; los nuevos castillos no queridos de España.

No son estas obras arquitectónicas los únicos ejemplos de los excesos que cita Time: también nombra la Ciudad de la Cultura de Santiago, que ha quedado inacabada, y los aeropuertos no operativos de Ciudad Real y Castellón, además de las líneas del AVE. Todos estos proyectos, apunta la revista, cuajaron al albur de la prosperidad económica, de la entrada en el euro y del boom inmobiliario. "Las administraciones locales y autonómicas invirtieron en proyectos que buscaban llamar la atención y atraer a turistas a ciudades que no fueran Madrid o Barcelona".

Según el artículo, firmado por Lisa Abend, la Ciudad de las Artes, inaugurada en 1998, "se ha convertido en el símbolo de los excesos de los años de bonanza económica". La revista señala que la obra de Calatrava "ha perdido su esplendor" a pesar de que desde su apertura hasta el 2011 atrajo a 40 millones de visitantes.

El "efecto Bilbao"

Para Time, el origen de todos estos excesos arquitectónicos, es el Guggenheim de Bilbao, un edificio que, explica, inaugurado en 1997 "transformó una ciudad decadente y posindustrial en epicentro artístico". Ello, añade el artículo originó "un efecto Bilbao en otras ciudades", que creyeron que la fórmula era exportable. La fórmula funcionó hasta que la crisis llegó.

Como muestras de la decadencia de estos proyectos, la revista señala el Centro Cultural Óscar Niemeyer, diseñado por el arquitecto brasileño e inaugurado en marzo del 2011. "Apenas un año después no tiene ninguna actividad", asegura la publicación. En la misma línea, la Ciudad de la Cultura de Santiago, con un presupuesto de 500 millones de dólares, "quedó inacabada cuando la ciudad se quedó sin dinero y solo pudo completar dos de los seis edificios proyectados".