Siempre ha sido un chico del Raval y sigue sintiéndose parte de él pese a haberse instalado en las afueras de Barcelona. Toni Moog está orgulloso de trabajar muy cerca del barrio, en el Club Capitol. La sala más grande del teatro de La Rambla donde triunfó el popular Pepe Rubianes se ha convertido en su segundo hogar. Acaba de estrenar 'Hollymoog', una divertida parodia entorno al séptimo arte donde colabora Miki McPhantom, especialista en efectos sonoros. Solo con su voz es capaz de simular desde el hundimiento del Titanic a una batalla galáctica de Star Wars.

Pero no es el único que le acompaña en escena. El humorista, que suele invitar siempre a subir a escena a alguien del público, ha decidido esta vez sentar el escenario a dos espectadores. "Estarán en dos butacas y a dos metros, más cerca imposible", bromea este adicto a las bebidas energéticas sentado frente a una mesa, con un Red Bull 'on the rocks'.

En su novena temporada en la sala Pepe Rubianes espera superar el récord de permanencia del añorado cómico que da nombre al escenario donde actúa. Tras 10 años ininterrumpidos pisando la sala más grande del Club Capitol, Moog aspira pasar de las 1000 funciones y los 300.000 espectadores. "Mis monólogos surgen fruto de la intuición. Para 'Hollymoog' he revisado películas y me he documentado. Pero a partir de ahí extrapolo cosas y lo exagero todo para crear bromas". Todo ello con su sello: "Sacar punta a cosas cotidianas y expresarme como me sale de los cojones, con un toque macarra pero a la vez tierno".

Humor blanco

Tras triunfar cerrar la trilogía dedicada sobre relaciones y sexo con 'Singles', 'Facemoog' y 'Follamigas', abre un nuevo capítulo con 'Hollymoog'. "Es un espectáculo más blanco". Más que meterse con actores y directores, la propuesta aborda diferentes tópicos respecto a las películas de género: acción, dibujos animados, terror... La factoría Disney no sale muy bien parada. "¿Cuántos psicópatas habrá creado Disney?", se pregunta tras repasar la cantidad de personajes protagonistas que nada más empezar la película quedan huérfanos de padre, madre o ambos como pasa en 'Frozen'. También dispara contra las princesas. "A ver cuándo aprenden que para ser princesa no hay que chupar una rana sino otra cosa", suelta.

Moog, fan de Tarantino y Guy Ritchie, se dirige a la gente como lo haría con un amigo, sin filtro. "No tengo pelos en la lengua, paso de la corrección. Utilizo improperios y lenguaje soez. Me muestro tal como soy". Huye de mordazas. "El humorista, como el bufón, ha de tener libertad total", defiende este amante de los tatuajes que hizo sus primeros pinitos en el humor en el 2003. Hace 10 años recaló por primera vez en el Club Capitol con 'La cocina de los monólogos'. El flechazo con el público fue inmediato.

Si algo pide en este momento histórico y delicado es no perder el sentido del humor. "Nunca he hecho humor político y no empezaré ahora", confiesa. Pero aún así, no se libra del caldeado ambiente de este mes como muestra su cuenta de twitter. Allí le llovieron palos parte de algunos por celebrar el 11 de Septembre. "Estoy orgulloso de ser catalán y celebrar la fiesta de Catalunya. ¿Qué hay de malo en eso? Cuando un sevillano dice Feliz día de Andalucía a todo el mundo le parece lo más normal".