La costa atlántica de Norteamérica empezó a sentir ayer los efectos de la llamada «bomba meteorológica», una tormenta invernal masiva que afecta a varios estados de EEUU y a una parte de Canadá con rachas de viento de hasta 110 kilómetros por hora y que ha provocado la cancelación de cientos de vuelos. La ciudad de Nueva York y sus alrededores sufrieron ayer los rigores de la tormenta de nieve más intensa de la temporada, con vastas áreas del estado en situación de emergencia y los aeropuertos JFK y LaGuardia con sus operaciones suspendidas. Hoy y mañana se espera una caída de las temperaturas, hasta los -29 grados, debido a los vientos helados, especialmente durante la noche. Ayer hubo en Nueva York más de 80 accidentes de tráfico. El temporal se ha cobrado ya la vida de al menos 15 personas en ambos países.