El trasplante de células madre frena el avance de la esclerosis múltiple y mejora la discapacidad en la fase temprana, según revela un estudio realizado por el Instituto de Investigación Sanitaria (IIS) del Hospital La Fe de València.

En un artículo publicado en 'Neurological Sciences', se confirma que, a los 8 años del trasplante, ningún paciente con esclerosis múltiple remitente-recurrente ha empeorado y el 60% ha mejorado, según informa la Generalitat en un comunicado.

Se trata de uno de los estudios de mayor duración en el mundo sobre los resultados de trasplante de células madre en la forma remitente recurrente de la esclerosis múltiple

La investigación, dirigida por el doctor Bonaventura Casanova, presenta los datos del seguimiento, a largo plazo, de 38 pacientes de esclerosis múltiple (EM) tratados con trasplante de células madre hematopoyéticas.

CIFRAS RELEVANTES

En el caso de los pacientes con esclerosis múltiple secundaria progresiva, la fase más grave de la EM, la progresión de la enfermedad se detuvo durante dos años pero, pasado este tiempo, los pacientes volvieron a empeorar.

"Son cifras muy relevantes en lo que se refiere a la eficacia del procedimiento", ha asegurado Casanova, que destaca que el Hospital La Fe de València es pionero en el tratamiento con trasplante de células madre en pacientes de EM remitente-recurrente.

"El estudio demuestra que el trasplante tiene efectos a largo plazo, que la enfermedad no progresa y que mejora la discapacidad", ha resumido Casanova.

La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria del sistema nervioso central que afecta principalmente a las personas jóvenes, tiene mayor incidencia entre las mujeres y supone la segunda causa de discapacidad en este tramo de edad, sólo por detrás de lostraumatismos provocados por los accidentes de tráfico.

Con motivo del Día Mundial de la Esclerosis Múltiple, que se celebra el 31 de mayo, Casanova destaca que es necesario centrar la atención en los pacientes que se encuentran en la fase más avanzada de la enfermedad.

"Durante los últimos años han aparecido medicamentos y tratamientos para controlar la primera fase de la enfermedad, es decir, los brotes. Incluso se ha hecho posible parar o retrasar la aparición de la discapacidad", ha indicado.

CALIDAD DE VIDA

Ha destacado que desde la Unidad de Esclerosis Múltiple y Neurorregeneración del IIS La Fe "hemos comprobado que la atención al paciente crónico con discapacidad severa no está avanzando y sería un reto abordar la fase crónica para mejorar la calidad de vida de los pacientes".

El trasplante de médula pretende, a través de un procedimiento de inmunodepresión muy fuerte, eliminar la respuesta inflamatoria y resetear el sistema inmunológico, según Casanova, que añade que con este procedimiento, "aunque sabemos que la enfermedad va a volver, sabemos que lo hará con menos intensidad".

Según el experto, la distinción entre esclerosis múltiple remitente-recurrente y la forma secundaria progresiva desaparecerá. "Habrá una enfermedad remitente recurrente siempre y progresiva secundaria siempre".

"El problema es que ahora no sabemos detectar la progresión en las fases iniciales de la enfermedad", afirma, y añade que con la experiencia de 20 años, "con los tratamientos convencionales, un 60% de pacientes, 20 años después, no han presentado progresión de su enfermedad y presentan muy poca o ninguna discapacidad, pero un 35 %, pese a los tratamientos, han continuado progresando en la enfermedad".

Uno de los desafíos en la investigación sobre esclerosis múltiple es diagnosticar la progresión de la enfermedad antes de que sea evidente desde el punto de vista clínico y, para ello, se están impulsando métodos de detección precoz mediante estudios de resonancia magnética y biomarcadores.

"La progresión existe desde el principio y además existen brotes. Dos tercios de los pacientes siempre van a ser remitentes-recurrentes y el resto, aunque empiezan con un brote, ya son progresivos secundarios", concluye Casanova.