Mientras el AVE acaba de unir Madrid y Barcelona, en Japón la línea del Shinkansen, el tren de alta velocidad que une Tokio y Osaka, va a cumplir ya 44 años y se empiezan a concretar los planes para construir una nueva línea ultrarrápida, que reduciría a poco más de una hora el trayecto de 550 kilómetros que separa las dos grandes metrópolis del país, que ahora se puede hacer en dos horas y 25 minutos.

Por otra parte, si en la capital catalana se cuestiona todavía la necesidad de contar con dos estaciones, en Tokio se cumplen más de cuatro años de la inauguración de la segunda estación del Shinkansen, Shinagawa. A partir de marzo, todos los trenes de alta velocidad de la línea Osaka-Tokio pararán en Shinagawa y en Yokohama.

COMO UN METRO En estos momentos se calcula que unos 40.000 pasajeros suben o bajan del tren en la segunda parada de la capital. "Prefiero bajar en Shinagawa porque las conexiones con otras líneas son más sencillas que en la estación de Tokio", explica Mariko Morise, ejecutiva de una empresa de Osaka.

La línea que une Osaka y Tokio se conoce como Tokaido Sanyo Shinkansen. En sus 44 años de existencia, ha ido creciendo en importancia hasta convertirse en una especie de metro que une las dos ciudades con unos 300 trenes al día, que transportan a unos 400.000 pasajeros.

Entre sus principales virtudes están la fiabilidad y la seguridad. Los retrasos son escasos y hasta ahora solo ha descarrilado uno como consecuencia de un fuerte terremoto, pero no hubo ningún herido. Tomar el tren de alta velocidad es algo que ha dejado de tener glamur para convertirse en una rutina para millones de japoneses. Los trenes se detienen muy brevemente en la mayoría de las estaciones, donde los pasajeros esperan para abordar en hileras dispuestas exactamente en los puntos donde van a estar las puertas. Los convoyes más largos cuentan con 16 vagones y pueden transportar hasta 1.300 pasajeros.

SIN CAFETERÍA El billete básico da derecho a sentarse en alguno de los vagones de asientos sin reserva o a viajar de pie si estos están llenos. Los coches no tienen cafetería, pero continuamente circulan empleados con unos carritos de venta que sirven desde café o cerveza hasta bocadillos y obento, la típica comida japonesa servida en una caja.

El Shinkansen transporta cada año entre las dos principales ciudades de Japón a unos 150 millones de pasajeros, cinco veces más que los que optan por tomar el avión. "Con el tren puedo ir del centro de una ciudad al centro de la otra y además sin reserva", explica Akitoshi Yokota, empleado de una empresa de maquinaria industrial en Osaka.

LEVITACIÓN MAGNÉTICA La compañía JR Tokai, que opera la línea, anunció recientemente su intención de seguir adelante con los planes para construir otro trazado entre Osaka y Tokio utilizando la tecnología maglev, que usa imanes que hacen que el tren levite sobre la vía y alcance velocidades superiores a las de los trenes convencionales.

Con los nuevos convoyes, el trayecto entre Tokio y Osaka podría hacerse en aproximadamente una hora, menos de la mitad del tiempo necesario actualmente. El principal problema que afronta el proyecto es su elevado coste, por la dificultad de hacer pasar una nueva línea de tren por unas zonas muy densamente urbanizadas. El presupuesto del proyecto se calcula en 10 billones de yenes (65.000 millones de euros).