Los tres inmigrantes iraquís hallados el pasado martes dentro de un camión frigorífico en Hernani (Guipúzcoa) corren riesgo de ser expulsados del Estado, según ha alertado la Comisión de Ayuda al Refugiado CEAR-Euskadi. Esta organización ha indicado que dos de los tres jóvenes tienen abierto un expediente de expulsión y que su caso está en manos del Servicio de Extranjería de la Policía Nacional, que se ha hecho cargo de su custodia. El tercero de ellos permanece Hospital Donostia, donde ingresó con síntomas de hipotermia, aunque se espera que en las próximas horas sea dado de alta.

La portavoz de CEAR Euskadi, Subina Martínez, ha indicado que la situación cambiaría si los tres solicitaran asilo. Deben ser los propios inmigrantes quienes realicen la petición, que deberá ser analizada por Extranjería. Sin embargo, desde esta comisión de ayuda al refugiado señalan que la concesión o denegación de asilo podría tardar meses o incluso años, por lo que entre tanto recibirían un permiso provisional de estancia, la que se conoce como "tarjeta roja", que les impediría trabajar hasta transcurridos seis meses.

Los dos iraquís dados de alta declararon ayer ante la Ertzaintza y se encuentran en la dependencias de la Policía Nacional de Donostia-San Sebastián auxiliados por la Cruz Roja, y en contacto con el Colegio de Abogados de Guipúzcoa. De su testimonio ante los agentes se confirma que ambos, de entre 19 y 26 años, abandonaron Kirkuk por separado y se conocieron durante el viaje.

Los tres habrían iniciado el viaje, a través de una organización delictiva, por miedo al Estado Islámico y a los combates que en la actualidad tienen lugar en esa región del Kurdistán iraquí. Aunque abonaron 7.500 y 9.000 dólares, respectivamente, con la esperanza de llegar hasta Gran Bretaña, su periplo terminó en Guipúzcoa, cuando unos camioneros escucharon gritos de auxilio en el interior de un remolque frigorífico.