El Tyrannosaurus Rex no podía moverse rápido. Mucho menos correr a gran velocidad. Eso es un mito, creado y alimentado especialmente por el cine. Así lo han confirmado científicos de la Universidad de Manchester. Según estos expertos, el gran peso corporal de este dinosaurio hacía biológicamente imposible que pudiese correr. En caso de que se hubiera desplazado deprisa, los huesos de sus extremidades inferiores se hubieran desplomado bajo su enorme cuerpo.

La investigación, publicada por la revista PeerJ, ofrece un estudio exhaustivo sobre la biomecánica y movimiento del reptil. El uso de la tecnología informática de última generación 'N8 High Perfomance Computing' (HPC) ha permitido desarrollar un nuevo modelo de simulación para demostrar sus hallazgos.

El profesor de la Escuela de Ciencias de la Tierra y del Medio Ambiente William Sellers ha dirigido este grupo de científicos. Para llevar a cabo la investigación, el grupo de investigación ha combinado dos técnicas biomécanicas: el análisis dinámico de múltiples cuerpos (MBDA) y el análisis del estrés esquelético (SSA).

Sellers explica en un comunicado que, si el Tyrannosaurus se lanzase a una carrera, sus extremidades inferiores se romperían debido a "cargas esqueléticas inaceptablemente altas". Esta afirmación contradice los modelos biomecánicos realizados en el pasado, que sugerían que este animal podía alcanzar velocidades de hasta 70 kilómetros por hora.

La falsa imagen de Hollywood

Este descubrimiento deja en evidencia la la falsedad de la conocida escena de la película 'Jurassic Park', en la que el gigantesco reptil persigue con gran agilidad un automóvil todo terreno, en el que huyen varios de los protagonistas del filme, entre ellos, el personaje encarnado por el actor estadounidense Jeff Goldblum. Y es que el T. Rex, junto a otros dinosaurios bípedos como el Giganotosaurus o el Mapusaurus, era incapaz de llevar a cabo una persecución a alta velocidad de su presa. "Estar límitado a la velocidad de caminar contradice los argumentos de la depredación a alta velocidad para los dinosaurios bípedos más grandes, como el T. Rex", concluye Sellers.