La Comisión Europea adoptó ayer medidas para evitar que los brotes de gripe aviaria detectados en el Reino Unido y Holanda puedan extenderse. Las restricciones afectan al movimiento de animales vivos, huevos, carne de ave y otros productos y ratifican las medidas que ya habían adoptado ambos países en las áreas próximas a las granjas afectadas. El brote de gripe aviaria detectado el viernes en una granja de East Yorkshire, en el norte de Inglaterra, obligó a sacrificar 6.000 patos. La operación se llevó a cabo "de manera segura y humana por personal entrenado", señaló una portavoz del Departamento de Medio Ambiente. La cepa ha sido identificada como la del virus H5N8, la misma que el fin de semana fue detectada en una granja de pollos en Holanda. Por su parte, la instalación agrícola de Hekendorp, en Holanda, afectada por el brote se hallaba en cuarentena desde el domingo y tras el sacrifico de sus 150.000 aves fue desinfectada y sellada durante dos semanas.