El Parque Natural de Doñana no termina de librarse de lasamenazas que ponen en riesgo su supervivencia. La cumbre de laUnesco del próximo mes de julio analizará el último informe sobre el estado del humedal, un estudio en el que se reprende a las autoridades españolas por no adoptar medidas urgentespara frenar la sobreexplotación del acuífero que le da vida. De hecho, insta a pasar de una vez a la acción bajo amenaza de que, si no se actúa antes de febrero del 2018, en la reunión del próximo año decidirán si Doñana pasa a engrosar la lista de Patrimonio de la Humanidad en Peligro.

Desde WWF destacan que no es la primera vez que la Unesco se muestra tan contundente con el tema del agua. Ya lo hizo anteriormente con la posibilidad del dragado del río Guadalquivir para permitir la entrada de barcos de mayor calado hasta Sevilla, y cuya ejecución, según algunos científicos, podría afectar al agua dulce del acuífero. La suspensión de este proyecto es “bienvenida” por la Unesco, pero la organización muestra recelosacerca de que no se haga en un futuro, aludiendo al hecho de que el proyecto aún aparece en un plan de inversiones hasta el año 2020, por lo que pide mayores garantías de que se ha abandonado por completo la idea.

"EXTRACCIÓN INSOSTENIBLE" DE AGUA

Sin embargo, es la proliferación de pozos ilegales para los cultivos de regadío, el robo de agua que denuncian los ecologistas, lo que más preocupa en estos momentos al organismo internacional de la ONU. El documento se hace eco del informe anual de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, en el que se concluye que “los niveles de extracción de agua subterránea en el entorno de Doñana son insostenibles en la actualidad”.

Por ello, reclama tanto al Gobierno como a la Junta de Andalucía, administraciones responsables de su gestión, que “controle y reduzca las extracción de agua subterránea” para los cultivos de frutos rojos y cítricos en la zona, y exige la “plena aplicación” del Plan de la Corona Norte de Doñana. Este planeamiento es el queregula la existencia de cultivos en la zona y trata de conciliar economía con protección medioambiental, regularizando algunos de los que se habían abierto de forma irregular y dejando fuera los ilegales. La Junta argumenta que se han cerrado pozos ilegales, pero WWF lo pone en duda y denuncia que, solo en los dos últimos años, la superficie de cultivo de regadío ha crecido en 250 hectáreas.

“Los únicos pozos que cierra la administración son los que no funcionan o aquellos en zonas donde llega agua superficial de trasvase”, reprocha Felipe Fuentelsaz, responsable de WWF en Doñana, “pero esa agua pública debería ir solo a cultivos que se pueden regularizar, no a aquellos que son ilegales”. El ecologista reconoce que se trata de un problema social que deben solucionar las administraciones, ya que el regadío es el modo de vida de muchos vecinos de la zona, que presionan para que se cambie la norma y sus cultivos pasen a ser legales.

DECISIONES DIFÍCILES DE REVERTIR

El informe de la Unesco, que examinará en la Cumbre de Patrimonio Mundial que se celebrará en Cracovia (Polonia) del 2 al 12 de julio, repasa otras amenazas del parque, como el almacén gasístico de Gas Natural, proyecto sobre el que reclama al Gobierno una evaluación de impacto ambiental (en concreto, de las dos fases más cercanas al parque, denominadas Aznalcázar y Marisma oriental), para evaluar cómo puede afectar al espacio protegido, de forma que se puedan evitar “decisiones difíciles de revertir” en el futuro.

El organismo mundial también sigue pendiente sobre la mina de Aznalcóllar y el embalse del Río Agrio, aunque entiende que se encuentran en fase muy embrionaria. No obstante, la Unesco piden al Gobierno que les tengan informado sobre cualquier tipo de proyecto agrícola, industrial o comercial que pueda afectar a Doñana en el futuro, y que se evalúe de forma global los “impactos acumulados del uso del agua y de desarrollo agrario, industrial y comercial”.