El tratamiento del ictus isquémico que obstruye una gran arteria cerebral, el más grave, que emplea un microcatéter para capturar y extraer el trombo tras viajar al cerebro desde la ingle, logra que hasta un 50% de los pacientes que sufren el temido accidente cerebrovascular reanuden, pasado un tiempo, sus actividades cotidianas de forma autónoma. Las terapias convencionales, aún utilizadas de forma generalizada, que tratan de disolver el tapón arterial que frena el paso de la sangre con fármacos tromboliticos inyectados en vena, devuelven su independencia personal a no más del 20% de los afectados por un ictus grave, aseguran los neurólogos.

El eficaz resultado del microcatéter -terapia denominadatrombectomía mecánica- persiste invariable un año despuésde resuelto el ictus inicial, ha constatado un estudio realizado con206 pacientes en cuatro hospitales catalanes -Clínic, Bellvitge, Vall d’Hebron y Germans Trias i Pujol (Can Ruti)-, que acaba de publicar la revista científica 'Lancet Neurology'.

“Si el beneficio persiste al año del tratamiento, es muy posible que sea definitivo -asegura el neurólogo Antoni Dávalos, director del área de neurociencias en el Hospital de Can Ruti, coautor del estudio-. Esta comprobación nos pone más fácil convencer a la Conselleria de Salut de la conveniencia de financiar la trombectomía mecánica para los ictus graves, un tratamiento más caro en principio que los anteriores, pero mucho más rentableen todos los sentidos a medio plazo”. Los neurólogos calculan que el nuevo recurso será necesario para un máximo de 1.500 pacientes anuales de ictus en Catalunya.

UN TERCIO SON MUY GRAVES

Los hospitales catalanes atienden a unas 13.000 personas cada año afectadas por ictus de diversa gravedad. Se desconoce la cifra de quienes fallecen por esteaccidente cerebrovascular sin llegar a un centro sanitario. Esta es la primera causa de muerte entre las mujeres en España y la tercera en los hombres. En ambos, es el motivo principal de discapacidad.

El nuevo recurso se utiliza desde hace un año, además de en los citados centros, en los hospitales del Mar y Sant Pau, de Barcelona, siempre restringido a quienes sufren un ictus que obstruye las grandes arterias del cerebro, que son un 30% del total de afectados. Estos enfermos son los que, cuando el tratamiento no logra disolver el trombo obstructor por completo, sobreviven con secuelas psicomotrices, cognitivas y de calidad de vida muy limitantes.

Adentrar un microcatéter que culmina en una malla por la arteria femoral, y conseguir que viaje en sentido ascendente a través de la iliaca, la aorta y la carótida hasta adentrarse de forma incruenta en las áreas estratégicas del cerebro que rigen todas las funciones vitales, exige pericia, formación y experimentación. El catéter, un producto de alta tecnología y reciente diseño, busca el coágulo que amenaza con paralizar el cuerpo del paciente y, una vez localizado, despliega sobre él la diminuta malla metálica que lo captura y lleva al exterior.

El tiempo que transcurre entre el ataque vascular y su resolución determina las lesiones que dejará el ictus. “Aunque la preparación del equipo y la alta tecnología empleada son costosos, hemos comprobado que el beneficio es indudable incluso desde el punto de vista económico -asegura Dávalos-. Esos pacientes no necesitarán los múltiples cuidados crónicos que precisa quien afronta el futuro con las graves secuelas de un ictus”.

Los fármacos trombolíticos desobstruyen en un 25% de los casos la arteria que sufre el ictus, indica Dávalos. El microcatéter, la trombectomía mecánica, abre el paso sanguíneo en casi el 90% de las aplicaciones. Esa apertura es siempre el objetivo de cualquier tratamiento del ictus isquémico, el 85% de todos los que ocurren. El otro 15% se deben a roturas arteriales que causan hemorragia, provocadas por la hipertensión elevada o un por un aneurisma.

UNA PÉRDIDA IRREVERSIBLE

Las neuronas que mueren por falta de riego sanguíneomientras no se consigue dicha desobstrucción dejan sin función, de forma irreversible, alguna zona del organismo, lo que será más o menos grave dependiendo del órgano o extremidad afectados.

Al nuevo tratamiento se le reconocen beneficios en el plano físico -quienes lo han recibido viven con menos puntos paralizados o inactivados que sus perdecesores-, cognitivos y en la calidad de vida en general. “Los pacientes tratados con trombectomía mecánica recuperan la capacidad de pensar con rapidez, vuelven a manejarse con independencia a la hora de hablar, comer, vestirse, ducharse o caminar, y sufren menos episodios de depresión y angustia, que son consecuencia del mismo accidente vascular cerebral”, describe Dávalos.

Identificar los síntomas

Lo fundamental en el ictus isquémico, advierten los neurólogos, es que los ciudadanos incorporen a su memoria los signos que se producen una vez iniciada la obstruccion del paso de la sangre por la arteria. Identificarlos rápidamente y disponer de una red sanitaria que esté preparada para acercarlos a un hospital dotado de recursos susceptibles de tratar con inmediatez estas graves crisis, determina la supervivencia de los enfermos.

Todos los hospitales catalanes disponen de recursos para tratar un ictus convencional. Doce de ellos forman parte del denominado Codi Ictus, que los coordina con el servicio de emergencias médicas (SEM) del 061, y seis -Clínic, Vall d'Hebron, Sant Pau, Bellvitge, Germans Trias i Pujol (Can Ruti), y Mar- disponen de profesionales y tecnología para aplicar el tratamiento con microcatéteres que viajan a través de las arterias hasta capturar el elemento obstructor.