El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) recordó ayer, Día Internacional de la Niña, que cada 10 minutos muere una en el mundo a causa de la violencia. En el 2016, unos 535 millones de niños -uno de cada cuatro- vivían en países afectados por conflictos violentos, desastres naturales o emergencias de otra índole, por lo que Unicef ha querido destacar los retos que afrontan millones de niñas antes y después de crisis humanitarias.

El 75% de estos menores viven en el África subsahariana. En Sudán del Sur o Somalia hay «millones de niñas a las que se les continúan negando sus derechos básicos». La directora de Unicef para el este y el sur de África, Leila Pakkala, explica que, por ejemplo, «en situaciones de conflicto las niñas tienen 2,5 veces más posibilidades de que las saquen del colegio». «En periodos de emergencia y crisis, la violencia de género afecta de forma desproporcionada a las niñas, que se enfrentan a un alto riesgo de abusos, explotación y trata de menores», añade.

En Sudán del Sur, la violencia sexual y física contra las niñas se ha intensificado por la inestabilidad del país, por lo que Unicef ha entrenado a más de 350 personas sobre cómo denunciar esas situaciones, además de crear 16 espacios seguros para mujeres y niñas.

En Etiopía, Unicef centra su acción en llevar agua a 2,1 millones de afectados por la sequía. «Cuando se provee a las niñas de mejores servicios, seguridad, educación y habilidades, están en mejor posición para enfrentarse a conflictos o desastres naturales», recalca el documento.