El nuevo sistema de becas del ministerio, además de exigir un 6,5 de nota media de acceso a la universidad (el curso que ahora termina era un 5,5, y el anterior, un 5), solo garantizará un fijo de 1.500 euros ligados a la renta de los alumnos con pocos recursos, otros 1.500 si estudian fuera de su residencia habitual y la llamada beca básica que exime de matrícula. De este modo, solo unos pocos, los que obtengan las mejores notas y resultados académicos, llegarán a los 3.600 de media de las actuales becas salario, sumando alguna cantidad de la parte "variable" que, en función y en competencia de la notas, recoge el borrador del Ministerio de Educación, que ha causado malestar y preocupación entre padres, docentes y estudiantes. El departamento de José Ignacio Wert no sabe cuánto cobrarán de media los nuevos becarios ni cuántos, una vez repartida la cantidad variable, cobrarán más que ahora, pero CCOO y la asociación de padres CEAPA calculan que la mayoría de las ayudas se verán reducidas a la mitad.

BLINDAJE POR ARRIBA Educación asegura que este año no se recortará más el presupuesto global, 1.235 millones de euros, pero queda blindado por arriba, ya que hasta ahora se ampliaba si había más alumnos que cumplían los requisitos. También ve muy probable que la cantidad se repartirá entre menos beneficiarios. Expertos matemáticos advierten de que para llegar a los 3.600 euros de la beca salario, que desaparece, debería quedar la mitad del presupuesto para repartir en la parte variable.

Lo peor del sistema, a su juicio, es que cuando se vincula una beca a una variable que no es una condición social o económica, se altera el objetivo último de la igualdad de oportunidades. "No se puede montar un sistema solo para los alumnos brillantes. Es muy injusto y no entra en la interpretación constitucional de becas", defiende Milán.

Este será uno de los puntos que las organizaciones sociales defenderán en el Consejo Escolar del Estado, máximo órgano consultivo en el ámbito de la educación, que el próximo martes debatirá el borrador. Los sindicatos también apuntan el efecto "desincentivador" de solicitudes que crea la parte variable, ya que muchas economías familiares no se pueden permitir la incertidumbre de no saber a principio de curso con qué dinero contarán.