Pedro Santisteve y su equipo sabían que el pleno de ayer no iba a ser fácil. El alcalde iba a hacer historia e iba a salir reprobado, además de recibir un sinfín de críticas, acusaciones y reproches. Así que desde Zaragoza en Común (ZeC) decidieron llenar el salón de plenos con aplausos dirigidos al regidor y los suyos y reproches para la oposición, invitando a miembros de la coalición y a entidades afines, como el Luis Buñuel, para que siguieran in situ la sesión plenaria. Algunos tuvieron que hacerlo desde el salón de recepciones, a través de un plasma, algo que no había sucedido antes.
El público fue exigente, especialmente cuando se trató, de puntillas, la huelga del 8-M. ZeC presentó de urgencia una moción al respecto a sabiendas de que la oposición no iba a aceptar su debate, porque ayer, PP, PSOE, Cs y CHA solo querían hablar del golpe de mano de Santisteve a las sociedades. De nada más. Así que ZeC aprovechó esta decisión para sacarle los colores a la oposición y criticar su rechazo a tratar un tema que «preocupa»: la igualdad. Según las formaciones, «la urgencia pretendía del debate tapar la reprobación del alcalde».
Fue uno de los momentos más tensos que se vivió durante las cinco horas de pleno. Un grupo de mujeres se alzó para reivindicar sus derechos y exigir a la corporación su compromiso.
La oposición instó al alcalde a llegar a un acuerdo para que se firme una declaración institucional sobre la lucha por la igualdad, como han hecho en otros ayuntamientos, como el de Manuela Carmena en Madrid.
La moción de ZeC contenía cuatro puntos. Entre ellos, queel pleno mostrara su apoyo a las empleadas municipales que se sumen a la huelga e invitaba a «los trabajadores a sumarse para realizar las tareas de cuidados de su entorno» y permitir la protesta de las mujeres.
Terminada la sesión, algunas de las asistentes increparon a los concejales de la oposición e, incluso, llamaron «machista» a alguna concejala.
No fue la única vez en la que se dirigieron a los miembros de la corporación. Ayer, desde el público, se escucharon calificativos como «ladrón», «corrupto» o «mentiroso».
