El cuerpo de las mujeres adolescentes --de nuevo las chicas-- vuelve a ser la diana de una peligrosa tendencia que no solo promociona una delgadez corporal que puede tildarse de enfermiza, sino que fija como objetivo un hito inalcanzable si no se dispone de una fisiología específica, capaz de separar, con extenuantes ejercicios físicos, la musculatura abdominal. Lo llaman ab crack precisamente por eso, porque hace un crack con el abdomen. Lo parte, internamente.

Se trata de una derivación de la anorexia, según consideran los especialistas, surgida hace pocos meses, con nombre anglosajón y un disfraz estético que multiplica el riesgo para la salud de quienes la persiguen. "Si se usan métodos desproporcionados para conseguir un cuerpo sano se crean unos daños. Y, de ahí, se genera una conducta obsesivo compulsiva por lograr algo que no es bueno, sino malo para la salud", señaló César Paumard, psiquiatra de la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria del hospital Provincial de Zaragoza.

El fenómeno emerge a gran velocidad desde las redes sociales y las webs preferidas por adolescentes y mujeres jóvenes, en especial "entre las que sienten insatisfacción con su imagen corporal y cuentan con una autoestima baja", añadió Paumard. En Zaragoza, varios gimnasios y centros deportivos consultados por este diario aseguran que no es una tendencia latente entre los aragoneses.

NO EN TODOS LOS CUERPOS

Convertir la musculatura abdominal en dos porciones separadas por una hendidura continua, que surge del centro del pecho y acaba en el ombligo, es la meta de sus promotores --entre ellos las modelos Emily Ratajkowski, Kendall Jenner y Stella Maxwell--. El éxito, después, solo se considera real si las seguidoras vuelcan sus fotos en la red. Y siempre la misma imagen de delgadez: un tórax subdividido en dos partes iguales sobre un vientre hundido del que sobresalen los huesos de las caderas.

La hendidura perseguida, el ab crack, surge de forma natural, por herencia genética, en determinados cuerpos, a medida que pierden grasa y también musculatura en un proceso necesariamente acompañado de intensísimos ejercicios abdominales hipopresivos (contener la respiración en posición tensa, mientras se contrae la zona escogida). Pero ni siquiera esa severa disciplina física puede ser suficiente para lograr la partición marcada.

POSIBLE HERNIA

El tendón en que se sostiene dicha hendidura surge cuando la musculatura se tensa en exceso y se produce la rotura del tejido conectivo que da forma al abdomen. El músculo abdominal se fisura y las partes se separan bajo la piel. En el fondo de la hendidura, reposa el tendón. Si se insiste en agrandar dicha separación --una rotura muscular interna en toda regla-- se puede producir una hernia, una protuberancia hacia el exterior, con sus eventuales complicaciones dolorosas. En ocasiones, el destrozo exige cirugía.

"El tema estético va por modas que, a su vez, tienen que ver con la cultura. Y esta con la tecnología. Al final, la rapidez con la que se transmiten las cosas ha cambiado todo y estos mensajes hacen daño", precisó Paumard.

Perseguir la hendidura torácica puede también provocar el fenómeno inverso: conducir a un trastorno alimentario grave a quien no lo sufría. "No se pueden dejar al alcance de personas vulnerables este tipo de imágenes porque confunden y distorsionan la realidad", añadió Paumard. "Cuando se cae en la trampa de la anorexia, las personas jamás se ven suficientemente delgadas", recalcó el psiquiatra.

Detener el fenómeno, aún desconocido más allá de los ambientes virtuales de los que se nutre, resulta de momento difícil. No existe conciencia de su peligrosidad.