El Pirineo aragonés, desde el valle de Ansó al de Benasque, está viviendo un buen verano desde el punto de vista turístico. La ocupación hotelera, según cifras del sector, indican que el periodo julio-agosto ha registrado un crecimiento del 8% respecto del mismo periodo del 2015, que también fue bueno.

En julio, el nivel de ocupación se situó en un 49%, frente al 41% de hace un año, mientras que en agosto se alcanzó el 70%, también ocho puntos por encima del que hubo en el 2015, según indica Pedro Marco, presidente de la Asociación de Empresarios de la Jacetania, que advierte de que las cifras del pasado mes todavía no son seguras.

"Estamos satisfechos, las cosas han ido bien, a lo que ha ayudado mucho el buen tiempo", subrayó. "Lo más destacable", precisó Marco, "es que, pese a que la estancia media se ha acortado, ha aumentado la ocupación, lo que apunta a que hay una mayor afluencia".

NO SOLO ZARAGOZANOS

Se trata de un año histórico, en el que se han recuperado los índices de ocupación de hace una década, cuando aún no había llegado la larga crisis económica. "Hacía años que no había tanta ocupación", manifestó José María Ciria, responsable de la Asociación Turística del Valle de Benasque (ATVB). "Esto significa que Aragón se está consolidando como un buen destino", explicó el hotelero, que indicó que ya el mes de junio destacó por una afluencia notable a los establecimientos de Benasque.

"Viene gente de todas partes", continuó. "Los catalanes son los más numerosos, pero este año también se están viendo muchos valencianos y, cosa curiosa, muchos aragoneses que no son de Zaragoza ciudad, sino de sitios como Andorra, Albarracín o Boquiñeni, por poner unos ejemplos", agregó Ciria.

En el Sobrarbe, al contrario que en la Jacetania, el Alto Gállego y Benasque, los extranjeros tienen mucho peso en el conjunto de visitantes. Allí, la ocupación ha sido de casi el cien por cien. "Se han notado incluso más consultas en la oficina de turismo, del orden de un 10% más que en agosto del 2015", comentó la responsable de la instalada en la localidad de Aínsa.

Claro que la capital del Sobrarbe, gracias a su plaza medieval, acumula títulos para ser un polo de atracción cada vez más potente. No en vano figura entre los pueblos más bonitos de España y del mundo, lo que le ha dado "un impulso muy grande".

Pero el Sobrarbe no apuesta solo por la belleza de sus pueblos. Desde hace años se promociona en el extranjero y trabaja aspectos del mercado turístico en los que se ha abierto un importante hueco. Este es el caso de la prueba Zona Cero, que gira en torno al mundo de la BTT. Además, este fin de semana se ha celebrado La Morisma, una recreación histórica que se organiza cada dos años, con una ocupación del cien por cien.

Pedro Marco piensa que el futuro del turismo en el Pirineo aragonés "pasa por el fomento de actividades concretas que por el destino en sí", algo que ha dado en llamarse turismo de experiencias. "Nuestro territorio es ideal para la práctica de la bici de montaña, para el barranquismo", señaló. "Se trata de ser imaginativos y de ofrecer cosas diferentes que nos han hecho líderes en sectores concretos, y para eso tenemos que usar nuestro potencial", subrayó.

La mayor tirolina de Europa se ha inaugurado este verano en el valle de Tena y ha conseguido un gran número de usuarios, lo que demuestra que, aprovechando los recursos, el turismo tiene mucho futuro en el Pirineo.