El alcalde de Pradilla de Ebro, Luis Eduardo Moncín, ha dicho hoy que de momento es imposible valorar los ingentes daños que ha producido la crecida del Ebro en los pueblos ribereños, pero ha vaticinado que las pérdidas económicas serán muchas.

Aunque "por suerte", la avenida extraordinaria del Ebro no ha causado daños personales, ha asegurado a los medios de comunicación en el transcurso de la visita que hoy ha realizado a la zona el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.

"Es lamentable que en pleno siglo XXI ocurran estas cosas", ha dicho Moncín, quien ha advertido que los habitantes de los pueblos ribereños llevaban muchos años diciendo lo que podía suceder, algo que al final "ha ocurrido".

El agua del Ebro llega a escasos veinte metros de las casas del pueblo, que ha conseguido salvarse porque los vecinos, entre todos, levantaron una mota de contención a lo largo de la ribera. "Hemos estado solos", ha lamentado el alcalde.

Pero aunque el cauce no ha alcanzado al casco urbano, las filtraciones no se van a poder evitar, y de hecho el agua ya ha entrado por alcantarillas y redes de vertido y, además, conforme baja el nivel del río el agua se cuela por el subsuelo.

También ha lamentado que las instituciones implicadas, como la Confederación Hidrográfica del Ebro, no acertara con sus previsiones, porque vaticinó una crecida menor de la que al final se ha producido.

"O nos han engañado como a chinos, o si no, algo mucho peor", ha dicho el alcalde, que no entiende que con un caudal de 2.400 metros, como se ha dicho que ha llevado el Ebro, la altura del río haya subido hasta 8,20 metros.

"A ver si alguna vez pasa algo en Zaragoza y se dan cuenta de lo que es una riada", se ha quejado el alcalde, quien ha agradecido a Sánchez que haya visitado el pueblo y haya "pisado el barro".