Una nueva forma de alojamiento turístico está en boga. Se trata del alquiler de pisos y apartamentos entre particulares que se ofertan en plataformas online como Airbnb, Guesttoguest y Homeaway. Estas páginas ponen en contacto a huéspedes y anfitriones que ofrecen sus casas en prácticamente cada ciudad del mundo.

Airbnb es una macroplataforma nacida en San Francisco en el 2008. Se autodefine a sí misma como "un mercado comunitario basado en la confianza". Hoy la usan más de 70 millones de personas en todo el mundo. A España, en cambio, no llegó hasta el 2012. Entonces, solo 80.000 personas la conocían; hoy recurren a ella más de 1 millón de españoles.

Aragón no se ha quedado rezagado y se ha apuntado también a la nueva tendencia. Más de 300 alojamientos Airbnb pueden ser encontrados en la capital aragonesa y una veintena aproximadamente en Huesca y en Teruel. Pero hay que andarse con ojo: no todos los alojamientos ofertados cumplen con la normativa.

Legal o no

El Gobierno de Aragón estableció una regulación por la cual se considera legal el alquiler de una vivienda solo si es cedida al completo y no por estancias. Existen dos posibles regímenes de alquiler: apartamentos turísticos y viviendas de uso turístico. La DGA lleva a cabo un plan de inspección donde se incluyen estos alojamientos para comprobar que se cumplen los requisitos de habitabilidad y servicios estipulados por la ley. En octubre del 2015, se envió una carta a los principales operadores de este tipo de alquileres para corroborar que se encuentran en el registro. En caso contrario, podrían enfrentarse a una multa, aunque por el momento no ha habido denuncias.

Eso nunca pasará en Zrooms. El negocio de Rafi y Quique es una restauración de la antigua planta de un hostal que ahora aloja a su propia vivienda y dos apartamentos decorados con un gusto exquisito y aire vanguardista. "Lo nuestro es un hotel rural con encanto en pleno corazón de Zaragoza", dice Rafi. Abrieron hace poco más de un año: "La policía contactó con nosotros como pasa en los hoteles. Estamos obligados a registrar a la gente que viene, les tenemos que mandar los datos", añade Quique. Como la plataforma Booking engloba al mercado nacional, se lanzaron en Airbnb porque es la que más se conoce en Europa "y queríamos acaparar ese nicho de mercado extranjero", asegura Rafi.

No recomendable

Andrés, sin embargo, no tuvo una buena experiencia cuando utilizó Airbnb para un viaje a Córdoba. Habían reservado dos pisos para 10 y 12 personas y, apenas unos días antes de llegar, el propietario les avisó de que el piso pequeño se lo había alquilado a otros. "Conseguimos que nos devolvieran el dinero de la reserva y un código de descuento para buscar otro piso en Airbnb", cuenta. Pero eso no fue todo. En el piso que sí pudieron mantener, el grande, no había cubiertos para 12 comensales y ni siquiera los sofás eran sofás-cama, por lo que en realidad no había suficiente espacio para 12. "Luego se estropeó la caldera y nos dijo que llamaría a un técnico, pero esperó un día entero. Sin agua caliente, era marzo y hacía frío. Aún tardó dos días porque el técnico necesitaba una pieza que tenía que pedir. Al final nos devolvieron dos noches".