El territorio aragonés afianza este año su posición como destino de referencia para campamentos veraniegos. Las últimas cifras que maneja el Gobierno de Aragón apuntan a que la comunidad repetirá datos muy similares a los que obtuvo en el 2017, cuando acogió 437 de estas actividades a lo largo del año que disfrutaron 27.700 menores. En la actualidad -cuando se inician las dos quincenas de mayor afluencia, la segunda de julio y la primera de agosto- ya van 403 declaraciones de este tipo y serán, al menos, 24.539 los participantes, 4.063 los monitores y 1.233 las personas de apoyo. «Vamos a ir por cifras similares», afirma el director del Insituto Aragonés de la Juventud, Adrián Gimeno. Todo ello sin que la entrada en vigor del nuevo decreto que regula estas actividades -y que exige mayores requisitos de seguridad- haya causado un descenso en el número de propuestas.

Precisamente, en lo que se refiere a la nueva normativa, el director detalla que las propias entidades querían la mayor seguridad y, para que el cambio se realizara de la mejor manera posible, desde el Ejecutivo han realizado una campaña de adaptación a los cambios y formaciones para una de las medidas que el nuevo texto exige: un plan de emergencia y evacuación. Todo ello, con la intención de «facilitar» los trámites y no generar «más trabajo» del que ya exigen estas cuestiones.

Espacio clave

«A día de hoy, no ha tenido un efecto negativo. Aragón se está convirtiendo en una comunidad clave para estas actividades y con la nueva normativa lo que ha hecho es dotar de seguridad», recalca Gimeno. Precisamente, el director explica que, a falta de datos concretos, el territorio aragonés se sitúa entre los lugares de referencia en el país para campamentos y otras actividades similares, en un plano similar a otras comunidades referentes como Andalucía o Cataluña. Con todo, mayoría de los participantes y organizadores de estos campamentos son del propio territorio. En ese sentido, señala que «mayoritariamente son de Aragón», sobre todo de entidades con sede en Huesca y Zaragoza. No obstante, apostilla que, si se echa un vistazo a otros años, se ven muchos otros de lugares como la Comunidad Valenciana, Cataluña y Madrid, aunque «muy lejos» de las cifras locales.

Por provincias, Huesca lidera con claridad, al acoger el 72% de las declaraciones (291). El resto se lo reparten Zaragoza (57) y Teruel (55), con un 14% del total cada una. Se trata de datos muy similares a los del año pasado, cuando Huesca copó el 71% de las actividades, mientras que Zaragoza y Teruel registraron el 15% y el 14%, respectivamente. De la misma forma, el municipio oscense de Villanúa se mantiene como el que más acampadas de este tipo acoge, como también lo hacen las comarcas de la Jacetania y el Sobrarbe, con unas cien actividades cada una. Entre las virtudes de Aragón como destino, Gimeno destaca la «gran diversidad» que ofrece. «Montaña, desierto, distintos valles... la combinación ayuda a poder elegir qué tipo de actividad queremos», concluye Gimeno.