La recuperación de la economía ha despertado las oportunidades de inversión de algunas empresas. En este contexto, Aragón suena con fuerza como polo de atracción de compañías asentadas ya en Cataluña. La proximidad geográfica, su ubicación estratégica (en el epicentro del 70% del PIB nacional), unos costes laborales y fiscales competitivos, más suelo industrial y a mejor precio y una baja conflictividad son razones que explican este interés. Pero ahora se suma un nuevo factor: el proceso independentista abierto en Cataluña, que ha alimentado la inseguridad jurídica y ha activado rumores de posibles deslocalizaciones.

Este run-run se ha extendido como la pólvora en los últimos meses. Pero la pregunta es: ¿qué peso tiene el factor político? Algunas fuentes consultadas afirman que tiene una "clara" influencia y que ha despertado el interés de algunos empresarios catalanes por Aragón. Otras, en cambio, creen que el proceso soberanista no es tan decisivo y que cuestiones como la fiscalidad son más determinantes.

Los datos fríos muestran que cada vez son más las pymes catalanas que trasladan su domicilio social a Aragón. Desde el 2008 hasta mediados de este año, de las 1.110 empresas que se han localizado en la comunidad, 415 han llegado desde Cataluña (casi el 38%). Y desde el 2011 la tendencia es ascendente (ver gráfico), con casi 70 traslados en el 2014 frente a los 46 del 2008, según las cifras de Asexor, primera agencia de rating española que analiza y suministra datos empresariales. Mientras, desde Aragón a Cataluña se contabilizan 274 traslados en ese periodo.

El cambio de domicilio social es una alternativa que ya están aplicando algunas empresas catalanas, no solo hacia Aragón sino principalmente hacia Madrid (es el caso de Suez, Derby, Vall Companys, entre otras firmas). Otra de las vías que se ha activado es la de poner en marcha plantas productivas en Aragón manteniendo la sede en Cataluña. En este caso, en los últimos años, se aprecia cómo algunos negocios han potenciado su inversión en las factorías localizadas en territorio aragonés en detrimento de la comunidad vecina. Si la inversión es nueva, el camino es más largo y se barajan más parámetros para tomar una decisión. Pero también hay ejemplos de este tipo en Aragón.

DISCRECIÓN Y SILENCIO

Fuentes del Gobierno de Aragón reconocen que los contactos con empresarios de Cataluña se han intensificado en el último año, pero la prudencia institucional manda. Este mutismo se impone asimismo en la patronal catalana Pimec, que dice no tener "ningún posicionamiento" sobre este tema. El silencio también es la tónica dominante entre las numerosas firmas catalanas con presencia en Aragón consultadas por este diario.

Desde la patronal aragonesa se reconoce que el proceso independentista ha elevado la incertidumbre en Cataluña y la expectativa de inversiones en Aragón. Para el presidente de la Confederación de Empresarios de Aragón (CREA), Fernando Callizo, se trata de un "goteo" de empresas que llegan a la comunidad, aunque lo vincula más a la fiscalidad que a un factor político. No obstante, subraya que, "si la segregación se produjese finalmente --"algo en lo que no creo", dice-- sí que habría un trasvase de empresas" hacia Aragón.

El presidente de la Cámara de Comercio de España y de Freixenet, José Luis Bonet, reconoció a este diario el atractivo de Aragón para las firmas catalanas, aunque lo desvincula de un proceso secesionista en el que no cree. Pero sí ve "incertidumbre" y opina que las relaciones con Aragón "se intensificarán" por su "ubicación geográfica y sus costes competitivos".

CIUDADES LIMÍTROFES

Hay que viajar hasta Fraga, Binéfar y Monzón --muy cerca de Lérida-- para calibrar el interés de algunas empresas catalanas por Aragón. Tradicionalmente el flujo comercial en esta zona ha sido y es muy intenso. De hecho Cataluña vende bienes y servicios a Aragón por valor de 11.560 millones, el doble que a Alemania (5.532 millones) y más que a Francia (10.435 millones). Mientras, la comunidad aragonesa hace lo propio en dirección contraria, con un volumen de ventas en tierras catalanas que asciende a 5.224 millones.

Las relaciones con las pymes vecinas son "exquisitas", pero se detecta "preocupación" entre los empresarios catalanes y "más interés" por invertir en Aragón que hace unos años, reconoce el presidente de la Asociación de Empresarios de Fraga, Joaquín Tejera. Los "contactos y las preguntas que hacen por el precio del suelos se han multiplicado", añade.

Carlos (nombre ficticio) es uno de estos empresarios interesados. Él, que prefiere no dar su nombre real ni el de su pyme, ha apostado por localizar sus empresas en Aragón y proyecta una inversión que ronda los 12 millones en la plataforma de Fraga. El pasado verano ya llevó otra de sus compañías, dedicada a la higiene animal, a Binéfar. "Cuando nos planteamos poner en marcha una fábrica, en ningún momento pensamos en hacerlo en Cataluña porque tengo clientes en toda España y la actual situación nos perjudica comercialmente", asegura Carlos, que añade que "hay muchos empresarios igual que yo".

VECINOS DE TODA LA VIDA

A poco más de 30 kilómetros de Fraga se encuentra el polígono industrial de Torrefarrera, que alberga alrededor de 150 pymes y está considerado un buen termómetro para calibrar hasta qué punto influye el contexto político catalán en el interés por el vecino aragonés. A juicio de su presidente, Jesús Burrell, el tema es "más político que económico" y augura que "van a llegar más empresas a Aragón", porque existen "demasiadas incertidumbres y circunstancias para ello".

Burrell está en contacto casi semanal con las asociaciones de empresarios vecinas (Binéfar, Fraga y Monzón). Esta última ciudad es otro de los polos de atracción empresarial. Firmas de capital catalán como Slingcargo, que inauguró planta este mismo año, o Metalogenia, que lo hizo algunos años atrás, se han implantado ya en la zona. Allí "un alto porcentaje de empresarios es catalán", señala Ignacio Baso, presidente de Ceos-Cepyme del Cinca Medio, aunque matiza que el proceso soberanista "es solo un elemento más" en la toma de decisiones. Pese a ello, reconoce que hay empresarios que "nos dicen que quieren tener un pie fuera de Cataluña por lo que pueda pasar". E ilustra que en poco tiempo "han venido cinco o seis interesados" por el polígono de Las Paules. Una opinión que comparte la presidenta de la Asociación de Empresarios de La Litera, Cruz Isábal, para quien existe una "clara tendencia" hacia la llegada de empresas de la comunidad vecina. Eso sí, "con prudencia".