Aragón lidera trabajos para avanzar en la detección precoz del párkinson, una enfermedad que no tiene cura y que afecta a alrededor de 6.000 aragoneses, a través de síntomas previos a los que suelen acompañar a la enfermedad.

Así, los servicios de oftalmología del hospital Clínico universitario y del Miguel Servet investigan, a iniciativa propia, la influencia de la retina en un posible desarrollo de párkinson. El propio interés de los especialistas ha motivado un estudio que no precisa de medios adicionales y no cuenta con financiación, pero que podría deparar resultados interesantes respecto a la dopamina --componente quimico en el cerebro-- que fabrican las neuronas de la retina, que disminuye en el caso de enfermos de párkinson, una vía para detectar la enfermedad y poder poner tratamiento.

La investigación, que cuenta con la colaboración de enfermos de la asociación Párkinson Aragón, así como personas sin la enfermedad y de la misma edad que los sometidos al estudio, se fundamenta en que la disminución del número de neuronas dopaminérgicas de la retina es la causa de que estos enfermos tengan dificultades en la convergencia y acomodación ocular.

COMO A LOS MONTAÑEROS La aplicación es similar a la que se lleva a cabo con los montañeros que escalan a más de 7.000 metros de altura y a los que se les realiza una prueba antes y después de la ascensión ante posibles lesiones cerebrales que afecten a neuronas que van al nervio óptico. En este caso, se analiza su influencia en la retina.

Este aspecto es uno de los presíntomas que se vienen analizando en los últimos años de cara a alcanzar un diagnóstico precoz de una enfemedad que no es mortal pero que tampoco tiene cura y entre los que también figuran los síntomas depresivos, dolores musculares y articulares, pérdida parcial de olfato o estreñimiento. "La búsqueda se realiza en pacientes de riesgo, como los familiares de enfermos de párkinson", apuntó ayer el neurólogo del Clínico Javier López del Val, que participó ayer en la presentación de las actividades que se celebrarán mañana con motivo del día mundial de la enfermedad. De hecho, se estima que entre un 8% y un 10% de los casos tienen origen genético.

De momento, la búsqueda parece estar surtiendo efecto. El hospital Clínico asegura estar encontrando pacientes a raíz de la búsqueda de estos presíntomas. "En los últimos tres años se ha pasado de los 180 pacientes por cada 100.000 habitantes a los 220 o 250", indicó el neurólogo, que añadió que este incremento de los diagnósticos de sospecha se realizan desde Atención Primaria. "Se trata de anticipar y optimizar el tratamiento y evitar efectos secundarios", añadió el facultativo.

El párkinson no tiene una causa primaria conocida. Existen varias hipótesis, como el origen infeccioso, el envejecimiento precoz de áreas determinadas del sistema nervioso o alteraciones de naturaleza vascular, pero ninguna ha sido validada por el rigor científico. La enfermedad afecta a una determinada estructura interna del cerebro, ganglios basales y sustancia negra.

Actualmente, la industria farmacéutica trabaja en dos o tres fármacos nuevos que se encuentran todavía en fase de ensayo, pero con "muy buena pinta", advirtió López del Val. Se estima que en dos o tres años puedan salir al mercado y aumentar la eficacia y reducir los efectos secundarios.