El frente frío continental que mantiene Aragón sumido en alertas naranjas y amarillas por bajas temperaturas mantuvo ayer a la comunidad en temperaturas gélidas. Aunque el viento fue algo menos intenso que anteayer, las rachas aún causaban una sensación térmica bajísima, incluso estando en invierno. La peor parte se la sigue llevando Huesca, donde se produjeron los registros más bajos de temperatura tanto en población (Benasque, con 17,2 grados bajo cero) como en los refugios y estaciones de montaña.

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene la alerta por aludes, ya que aunque el frente de aire frío y seco ha detenido las nevadas, ha dejado el manto acumulado durante el fin de semana inestable. Aún así no se han producido incidencias graves.

Y mejor será que no las haya, según denunciaba ayer el Sindicato de Bomberos Profesionales de Aragón. Porque los parques de Alto Gállego y Ribagorza, según la asociación, se quedan bajo mínimos o directamente cierran al tener que atender sus voluntarios a tareas de vialidad invernal, más aún con el temporal. Tanto es así que, según informaron, las agrupaciones de voluntarios de Protección Civil del Alto Ésera y el valle de Benasque han dejado de colaborar con los bomberos, entre otras cosas como protesta por su propia falta de medios y formación en estas tareas impropias.

En Teruel, según las previsiones de la Aemet, la cota de nieve para hoy se situa entre los 500- y 700 metros. Por lo que las precipitaciones que se esperan en la parte sur de la provincia, sobre todo en Gúdar y Javalambre, podrían ser en forma de nieve.

En la capital aragonesa las brigadas municipales empezaron ayer a trabajar para eliminar el hielo de las calles que puede resultar peligroso para los ciudadanos. El ayuntamiento cuenta con 65 toneladas de sal para la temporada de invierno que se distribuyen entre los centros de FCC -cada uno alberga 5 toneladas-. Los primeros en recibir este servicio están siendo los puntos estratégicos y de mayor riesgo como la entrada a los hospitales, centros de salud, colegios y edificios oficiales.

Por otro lado, las bajas temperaturas han provocado un incremento en el número de personas que duermen en el albergue municipal y en los últimos días ya ronda las 141 pernoctaciones. Un incremento notable si se tiene en cuenta que la media de ocupación habitual, según los datos del 2016, se sitúa en 53 personas por noche. El protocolo por frío extremo continúa activado y los grupos de voluntarios de la Cruz Roja aseguran que existe un reducido número de sintechos que se niega a hacer uso de los recursos sociales. «Ayer encontramos a 12 personas que se encuentran en situación crónica y que prefieren dormir en la calle. Hace unas semanas, no hacía tanto frío y registramos 20», apuntó Susana Royo, subdirectora de intervención social de la Cruz Roja. Desde la oragnización explicaron que su labor diaria es la de informarles de las alternativas,así como preocuparse por su estado».