Las fuerzas políticas aragonesas reaccionaron ayer unánimemente en contra de las declaraciones «insolidarias» del presidente de Murcia, Fernando López Miras, en las que reivindicaba la realización del trasvase para evitar que el Ebro arroje al mar en 12 horas «tanta agua» como necesita su comunidad «en un año», algo que calificó de «difícil de entender». Y, a través del consejero de Presidencia, Vicente Guillén, el Gobierno aragonés lo calificó de «bastante impresentable» que el dirigente murciano haya «aprovechado» unos momentos de «tanta dificultad» en la ribera del Ebro para reivindicar de nuevo el trasvase.

El consejero tildó de «muy desafortunadas» las declaraciones del presidente murciano al hablar de «solidaridad» o de «uso eficiente del agua». «Tendría que tener la sensatez suficiente que no ha demostrado para darse cuenta de que en estos momentos cualquier reivindicación que no sea velar por salvaguardar la vida de todas las personas que viven en las riberas del Ebro son absolutamente inoportunas», subrayó.

Lo que dijo López Miras no sentó bien ni en su propio partido. El presidente del PP aragonés, Luis María Beamonte, le replicó, a través de su cuenta en Twitter, que «no es de recibo que se aprovechen situaciones extremas como las vividas estos días en la Ribera del Ebro para plantear trasvases o hacer planteamientos demagógicos». En su opinión, «el aprovechamiento del agua poco tiene que ver con las grandes inundaciones, esa es la realidad».

Arturo Aliaga, presidente del PAR, calificó de «inoportunas» las declaraciones del presidente murciano por «resucitar el trasvase» y le recordó que Aragón también se ha visto afectado por la sequía hasta fechas muy recientes. Y en Chunta, su secretaria general, Carmen Martínez Romances, denunció la «insolidaridad» de López Miras y le acusó de desconocer los principios de una política hidrológica «económicamente sostenible».