El Gobierno de Aragón y la sociedad Etuksa, que explota la estación de esquí de Candanchú, han acelerado los contactos con el fin de que el centro invernal pueda abrir "lo antes posible", siempre a expensas de que haya nieve suficiente. "Las reuniones entre ambas partes siguen adelante y están llegando al final", señalan fuentes de Etuksa. Hoy mismo, tiene lugar un encuentro en el que se buscará dar una solución estable al problema.

La toma de posesión de las instalaciones por parte de la entidad semipública Aramón, a cambio de un alquiler cifrado en 690.000 euros, está supeditado a un preconcurso y un concurso de acreedores que aligere la pesada deuda de la entidad gestora, que alcanza los 6,5 millones de euros. Este proceso está ya en marcha, lo que puede facilitar el camino hacia la apertura.

PRESIÓN "La situación ha llegado a un punto en que la presión combinada del sector de la nieve, de la población del valle del Aragón y de la clientela han convertido el acuerdo entre Aramón y Etuksa en una necesidad vital", aseguró la misma fuente. "De hecho, no se puede esperar más, el objetivo es abrir en cuanto haya nieve".

El objetivo de la mayor parte de las estaciones del Pirineo es abrir para el puente de la Constitución, lo que significa que, en el caso de Candanchú, el tiempo apremia.

Pero no solo el calendario está en juego, también lo están los 800 empleos, entre puestos de trabajo directos e indirectos, que supone el centro invernal de la cabecera del río Aragón.

"Estamos expectantes", afirma Fernando Sánchez, alcalde de Canfranc. "Candanchú es una pieza fundamental en la economía del valle del Aragón y su cierre pondría en peligro la forma de vida de muchas empresas y personas", subraya el regidor, que reconoce que las dificultades para que el centro invernal abra con normalidad son muy grandes.

Ahora mismo, gran parte de la estación está sin luz debido a la deuda que acumula con la compañía eléctrica. A ello se añade que los 40 trabajadores fijos de la instalación llevan seis meses sin cobrar, por no hablar de las fuertes sumas pendientes de pago a la Seguridad Social, Hacienda y el Ayuntamiento de Aísa, propietario de los terrenos donde se hallan las pistas.

PREOCUPACIÓN "Existe mucha preocupación por el futuro de Candanchú, y cuanto más cerca de la estación mayor es la inquietud", asegura Pedro Marco, presidente de la Asociación de Empresarios de la Jacetania (AEJ). "Lo que pasa en la estación tiene impacto económico y social al mismo tiempo", añade.

Para la AEJ, abrir Candanchú la próxima temporada es un objetivo a corto plazo, pero a medio plazo los empresarios del valle apoyan un plan para unir las estaciones de Candanchú, Astún y Formigal, que entrañaría crear el dominio esquiable más extenso de España.

"Construir esa conexión es fundamental para captar inversores y para asegurar el futuro de la nueva macroestación", subraya Pedro Marco, que se da perfecta cuenta de la dificultad de llevar a cabo este proyecto en tiempos de crisis.

Por sí sola, sin embargo, la apertura de Candanchú no resolverá todos los problemas que afectan a la estación. En los últimos años, la falta de inversiones en la modernización de los remontes han tenido como consecuencia el desplazamiento de esquiadores hacia Formigal, donde Aramón ha creado una zona esquiable moderna, amplia y adaptada a los gustos actuales.

Para el alcalde de Jaca, Víctor Barrio, el futuro de Candanchú pasa por salir del atolladero actual mediante la convocatoria de un concurso de acreedores "que hace tiempo que debería haberse llevado a cabo". Superado ese primer obstáculo, opina, "será necesario hacer grandes inversiones".

Y aquí, desde su punto de vista, se presenta una doble vía, la que representa Aramón, con inversión pública junto con la de las cajas de ahorro, y la que denomina "modelo Astún", que se basa en exclusiva en la iniciativa privada.