Llevaba días Ciutadans reclamando al Gobierno central que aplicara el artículo 155 de la Constitución para convocar elecciones al Parlamento catalán y evitar así una declaración unilateral de independencia (DUI) por parte de Carles Puigdemont. En su réplica de ayer al discurso del president, Inés Arrimadas dio por hecho que el jefe del Govern ha declarado la independencia por mucho que sea «en diferido» o «a plazos». «Era la crónica de un golpe anunciado», espetó sin mencionar esta vez el 155 (de eso ya se encargó Albert Rivera).

Arrimadas aprovechó la presencia de más de 1.000 periodistas en la Cámara (más de 300 internacionales) para recuperar algunos de los grandes hits antisoberanistas de su partido. Recuperó aquellos carteles de CiU de la «España subsidiada» y la «Cataluña productiva»; rememoró aquel artículo del vicepresidente Oriol Junqueras en que hablaba de las diferencias genéticas entre catalanes y españoles y desplegó el repertorio de calificativos contra los representantes «del peor nacionalismo que ha existido en Europa». «Supremacistas, insolidarios... Ustedes han roto la convivencia en Cataluña», les afeó. Es más, acusó a los independentistas de «poner en peligro la autonomía de Cataluña» a tenor de lo que pueda hacer el Ejecutivo central, y les avisó del fin de «la etapa del silencio». Ciutadans quiere «urnas de verdad» para tumbar a los que han engañado a la gente.