Zaragoza es escenario de grafitos, pero de los de verdad, de esos que adornan las calles y las fachadas de los edificios con su explosión de colores y simbología. Hay más de 67 murales copando los ladrillos de varias viviendas que empezaron a conquistar la ciudad gracias al festival de arte urbano Asalto.

Pero no todo es arte. En las pintadas hay mucho de gamberrismo. El año pasado se eliminaron más de 28.300 grafitos en la ciudad que nada tienen que ver con los murales artísticos.

El responsable del servicio de limpieza de FCC, contrata que se encarga de la limpieza de los grafitis, José Miguel Marco, explicó que muchas peticiones de eliminar las pintadas provienen del Ayuntamiento de Zaragoza y que es el gamberro el que asume el coste. Esto significa que la persona que la ha hecho asumirá su coste tras una sentencia judicial. "Antes no recibíamos ninguna y ahora mensualmente tenemos dos o tres de media".

Falta de comprensión

Para el jefe del Servicio de Patrimonio del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Mostalac, el problema radica en que en la ciudadanía "no existe el sentido sobre el nivel cultural y patrimonial" que tienen los monumentos y esculturas, diana de gran parte de los grafiteros que plasman su firma en las peanas que los sostienen.

El problema ni nace ni muere en Zaragoza, sino que es mundial y erradicarlo es un proceso largo y laborioso. Un objetivo casi imposible de lograr. Desde el consistorio zaragozano, además de acometer un plan de limpieza de los monumentos de la ciudad, también han iniciado una campaña de sensibilización.

Y si no funciona, Mostalac no descarta abrir el debate sobre la instalación de cámaras de vigilancia en aquellas zonas más problemáticas. "Hay que endurecer las multas o tendremos que sembrar todos los espacios públicos con cámaras", apeló. Algo que, admitió, no se puede hacer pero que debería estudiarse. "Hay que reflexionar y tomar alguna medida".

Entre los programas que tratan de erradicar el vandalismo grafitero destaca el que está desarrollando la Escuela de Artes. Alrededor de 20 alumnos que están formándose en la técnica de la pintura del mural, comenzarón desde después de Semana Santa la rehabilitación de las fachadas del Casco Histórico con el fin de mejorar el entorno.