"El fin de la huelga se ve lejano". Ya lo decía el presidente del comité de empresa de Autobuses Urbanos de Zaragoza (AUZSA), Javier Anadón, antes de entrar a la asamblea general de los trabajadores celebrada ayer y así se ratificó tras casi dos horas de reunión. Los trabajadores decidieron que los paros parciales e indefinidos --que hoy cumplen 56 días-- deberán continuar por el momento y con la misma intensidad, pese a que alguna facción de la plantilla sí que proponía endurecerlos. Tampoco aceptaron, como era de esperar, la propuesta presentada por los directivos de la contrata en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA).

El conflicto entre trabajadores y empresa no tiene vistas de acabar. Pese a que la empresa llevó una nueva propuesta económica el pasado lunes a los trabajadores, la plantilla continuará luchando "por recuperar lo que han firmado en el 2013". Consideraron "totalmente insuficiente" lo presentado por la empresa: actualizar al IPC los salarios y un subida del 0,15, además de unos nuevos cuadros de descanso más igualitarios y permisos retribuidos. "No significa que no estemos abiertos a la negociación", matizó Anadón tras la asamblea, aunque no aclaró cuándo se volverán a reunir con la empresa.

El cónclave al que acudió más de un centenar de trabajadores no estuvo abierto a la prensa, pero desde el comité aseguraron que se realizaron votaciones a mano alzada para decidir si se aceptaba el plan de la contrata y si se continuaba con la huelga. No habrá un cambio radical en el carácter de los paros pero sí que los conductores están convencidos en hacer llegar a la ciudadanía sus reinvidicaciones de otra manera para evitar "convertirse en los criminales" de este conflicto. Para ello organizarán conciertos, pondrán carteles e intentarán trasladar a los zaragozanos las situaciones a las que están haciendo frente y sus razones para secundar la huelga. "Si los ciudadanos se plantasen en las cocheras y no dejasen salir los autobuses el conflicto se terminaría bien rápido", aseguraron algunos trabajadores.

VIAJE A MADRID

Otra de las cuestiones que se trató en la asamblea fue un posible viaje a la sede del grupo Avanza y a la embajada de México en Madrid. "Es posible que los trabajadores se trasladen a Madrid ya que esto ya no es un conflicto económico y social, sino político y todos sabemos el poder que tiene el Grupo ADO en México y tenemos que influirle de alguna manera", anunció Anadón.

Anadón tuvo mensajes también ayer para el Ayuntamiento de Zaragoza y no solo para la empresa y la multinacional mexicana. Invitó al consistorio a reinvertir el dinero que se ahorra por no pagar a la empresa en mejoras en al calidad del servicio. "La ciudad se está ahorrando mucho dinero, menos los trabajadores a los que se nos descuenta 500 euros, y el consistorio lo tiene muy fácil: que use ese dinero para mejorar la calidad del servicio al ciudadano y al menos la huelga le serviría al ayuntamiento para tener un remanente de dinero ya que dice que no lo tiene", sentenció Anadón.