El año pasado, hasta el mes de junio, se habían producido nada menos que siete asesinatos en la comunidad aragonesa, tres de ellos por violencia machista. Una situación que no se ha repetido en el 2017, ya que durante el primer semestre del año se han producido dos crímenes. En la próxima estadística, el Ministerio del Interior tendrá que añadir, al menos, la paliza mortal que sufrió la pequeña Naiara el pasado mes de julio en Sabiñánigo (Huesca).

Es por ello que el balance de criminalidad es positivo en lo que respecta a este delito, ya que ha caído un 71,4%. La primera muerte violenta del año en Aragón tuvo lugar en Épila, en el pasado mes de febrero, cuando Cecilio Giménez Giménez disparó a su vecino, Francisco Javier Martínez, a quien le reclamó la cantidad de 6.000 euros por una obra que había realizado en el patio de luces de la cueva que le había vendido la víctima.

El otro asesinato que registra la estadística fue en junio en la localidad oscense de Binéfar. José Antonio Mata, de 52 años, asestó 17 puñaladas a su padre nonagenario. El agresor, vestido tan solo con un pantalón corto, salió a la calle y se dirigió a una tienda de informática donde confesó los hechos que acababa de cometer. Ambos se encuentras en prisión provisional.

El balance de criminalidad alerta del aumento de un 25% los asesinatos en grado de tentativa.