La lucha contra la violencia machista va por el buen camino porque las víctimas denuncian más. De un modo sucinto, esta fue la conclusión a la que llegó ayer la presidenta del Instituto Aragonés de la Mujer (IAM), Pilar Argente, en la presentación del informe que la entidad elabora anualmente coincidiendo con el Día Internacional contra el Maltrato a la Mujer. Aumenta el número de denuncias un 24% durante el primer semestre de este año (1.621) en relación a 2010 (1.230), pese a que los servicios de asistencia en el entorno rural se mantuvieron en parámetros similares.

Datos que Argente valoró positivamente por su trasfondo: un mayor número de denuncias implica una mayor concienciación de las mujeres maltratadas a la hora de su situación. O dicho de otro modo: las víctimas están perdiendo el miedo. En este sentido, en las tres provincias aragonesas se ha registrado una subida de las demandas judiciales. En Zaragoza la cifra ha crecido un 25% en relación al año anterior, en Teruel un 11% y en Huesca un 30%.

MÁS LLAMADAS Además, de forma genérica, aumenta el número de llamadas por violencia en la comunidad al 900 504 405, el teléfono 24 horas que da cobertura instantánea a las mujeres maltratadas. En este sentido, el servicio atendió a 1.634 solicitudes, frente a las 1.606 de 2010, lo que supone un escueto crecimiento del 1'71%. A todo ello hay que sumar el aumento de las víctimas atendidas en las asesorías sociales, jurídicas y psicológicas del IAM, con subidas de hasta el 60% respecto al año anterior.

Crecimiento que, no obstante, no es tan palpable en el ámbito rural. Argente señaló como punto negativo la escasez de mujeres que recibieron atención jurídica y psicológica en las comarcas de la comunidad. Pese a que la asistencia legal aumentó respecto al 2010, son muchas las comarcas con llamadas al teléfono de emerfencia que no presentan estadísticas positivas en este apartado. Concretamente, la Comunidad de Calatayud registró 56 llamadas, 12 casos de asistencia psicológica y 3 casos de asistencia jurídica, tónica que se repite en la mayor parte de comarcas con elevado número de atenciones telefónicas, como Valdejalón, Andorra-Sierra de Arcos, Bajo Cinca, o Ribera Alta del Ebro.

El perfil de maltratada en el mundo rural es muy parecido al del ámbito urbano, con una excepción notable: su mayor miedo a denunciarlo. "La visibilidad de los casos es menor", explica Teresa Sevillano, presidenta de Fademur Aragón, agrupación que lucha contra la violencia machista en el ámbito rural. "En los pueblos todo el mundo se conoce y está más próximo, por lo que tienen más miedo", indica.

DIFÍCIL ACCESO Las causas de esta particularidad son fundamentamente culturales y sociales. "Es más complicado erradicarlo por la transmisión pardre a hijo. En el aspecto educativo hay que trabajar más. Es fundamental", completa. Factores que contribuyen a soterrar los casos de violencia doméstica, como el elevado número de población inmigrante de alguna de las comarcas previamente citadas. La Guardia Civil, que actualmente protege a 250 mujeres en la comunidad, cifra en un 70% el número de agresores extranjeros en su ámbito de acción. Sevillano también coincide en detectar un mayor número de casos en la población inmigrante, algo achacable, en un elevado porcentaje, a causas culturales.

Para dotar de un apoyo mayor a las mujeres víctimas de la violencia en el terreno rural, Fademur puso en marcha hace tres días un servicio de asesoría jurídica dedicado en exclusiva a ellas que ya ha atendido a una persona. "El objetivo es que se quiten el miedo a denunciarlo y que vean que hay alguien cercano que les apoya", señala Sevillano. "Es un paso adelante, pero se necesitan más recursos para profundizar en la solución de este problema", reclama. Una solución hacia la que se camina lentamente, pero que, a tenor de los datos ofrecidos por el IAM, está algo más cerca.